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Cuarta entrega del documental Toreros, historia y arte

Mañana sábado 13 de mayo, a partir de las 13:20 de la tarde, el documental Toreros, historia y arte, llega a su cuarta entrega, y hablará sobre un torero que los aficionados veteranos que tuvieron la suerte de verlo, lo recuerdan como "El torero de Madrid" ya que siempre era costumbre, verle torear en Madrid, y los aficionados como yo, no hemos tenido la suerte de verle torear, sino en vídeos y DVD con sus faenas y entrevistas, nos referimos al maestro Antonio Bienvenida, uno de los miembros de la dinastía más gloriosa del toreo, la de los Bienvenida. Si alguno de vosotros no conoce la vida, esta es.

Antonio Mejías Jiménez "Antonio Bienvenida" nació en la localidad venezolana de Caracas el 25 de junio de 1922. Fue el cuarto hijo del matrimonio formado por Manuel Mejías Rapela, el legendario Papa Negro, y Carmen Jiménez. Es el más célebre de seis hermanos –Manolo, Pepote, Rafael, Ángel Luis y Juanito–, todos ellos toreros. Su hermana, Carmen Pilar, es actualmente la única descendiente directa viva de Manuel Mejías Rapela. Antonio perteneció a la saga de toreros célebres que empalmó la época de Manolete y Pepe Luis Vázquez con la de Antonio Ordóñez y Manuel Benítez "El Cordobés". Lidió su primer becerro a los cinco años y empezó a actuar como becerrista en 1936, presentándose en la plaza de Madrid el 3 de agosto de 1939 para estoquear novillos de Terrones. En 1941 salió triunfador cuatro de las cinco tardes que actuó en la plaza de Sevilla. El 18 de septiembre de ese mismo año se consagró en la plaza de Las Ventas, alternando con Joselito de la Cal y Rafael Ortega. Su faena con el novillo Naranjito, de Antonio Pérez, pasaría a la historia como «la de los tres pases cambiados».Era el comienzo de una larga y brillante carrera, en la que fue el torero predilecto de Madrid por excelencia. Tomó la alternativa de su hermano Pepote en la misma plaza el 9 de abril de 1942 en una faena con miuras. Un par de meses después, el 26 de julio de 1942, recibiría en la Monumental de Barcelona una de las cornadas más peligrosas de su carrera, que lo mantuvo más de dos meses fuera de los ruedos. Durante sus primeros años, cosechó éxitos pero también conoció fracasos. Con todo, se fue convirtiendo en el torero de moda, con lances como el de 1948, cuando un toro le derribó y se salvó a sí mismo con un quite desde el suelo. Entre 1953 y 1957 tuvo cinco temporadas gloriosas, tras las que sufre un bache profesional. En lo que se refiere a la crítica, recibió tanto valoraciones elogiosas como negativas. Y es que Antonio Bienvenida tuvo tardes buenas y tardes malas, salidas por la puerta grande e insultos desde el tendido cero. Entre las tardes buenas se cuenta la histórica corrida del 3 de julio de 1955, en la que toreó gratis a beneficio de sus compañeros toreros necesitados, y estoqueó en solitario en Madrid seis toros de Galache. En 1957 se fracturó una pierna en una lidia benéfica a favor de los damninificados por las inundaciones de Valencia, y al año siguiente, el toro Cubitoso, de Sánchez Cobaleda, le hirió gravemente en el cuello. En los años siguientes, realizó varias giras por América. El 25 de mayo de 1963, siendo ya una figura consagrada, le dio la alternativa a Manuel Benítez "El Cordobés", y en 1964, en San Sebastián de los Reyes, con un toro de Cembrano, hizo la que según muchos de los críticos sería la mejor faena de su vida.  En 1966, a los 44 años, anunció su retirada, y el 16 de octubre, tras lidiar seis toros, su hermano Pepe le cortó la coleta en Las Ventas ante su hermano Ángel Luis. Seguirá actuando en festivales hasta 1971, año en el que vuelve a los ruedos. Su reaparición tuvo lugar también en la plaza de Las Ventas, el 18 de mayo, para confirmar la alternativa del mexicano Curro Rivera. El 5 de octubre de 1974 se retira definitivamente en la plaza de Vista Alegre. Quedaban a sus espaldas 775 corridas y 54 novilladas; 113 novillos y 1.628 toros estoqueados. El 4 de octubre de 1975, aniversario de la muerte de su padre, asistió a Misa en una iglesia de Colmenar Viejo. Al terminar, se dirigió con su familia a la finca de Amelia Pérez Tabernero, en El Escorial, para tentar unas vaquillas. Después de probar un par de ellas, una res a la que se había dado puerta y galopaba al campo, volvió grupas, entró en la placita de tientas y cogió desprevenido a Bienvenida, a quien volteó aparatosamente. El incidente le provocó graves lesiones de vértebras, a consecuencia de las cuales murió en Madrid tres días después. Tenía 53 años. El 8 de octubre, su féretro fue paseado a hombros en la plaza de Las Ventas por sus compañeros, entre otros, Ángel Peralta, Paco Camino, Curro Romero, Francisco Rivera "Paquirri" y Palomo Linares. El 15 de noviembre de 1948, contrajo matrimonio con doña María Luisa Gutiérrez, con la que tuvo cuatro hijos. Fue Presidente del Montepío de toreros y organizó muchas corridas benéficas. A partir de 1952 denunció el fraude del afeitado, hecho éste que le granjeó tantos amigos como enemigos. En 1956 recibió la Oreja de Oro de la Asociación de la Prensa, y ese mismo año ingresa en la Orden Civil de Beneficencia y le fue impuesta la Cruz de Beneficencia por la labor altruista que desarrolló mientras presidió el Montepío de Toreros. A esas alturas de su carrera, había sufrido quince cornadas graves (quince pequeñas muertes, como le gustaba decir). Antonio Bienvenida era hermano de la Hermandad de la Esperanza Macarena de Sevilla y miembro del Opus Dei. Conchita Cintrón, la primera mujer torero, definió a Bienvenida como “esencia de señorío en gestos de torero”, y Rafael Gómez López-Egea, uno de sus biógrafos, dice de él: “No fue sólo un torero de época, supo estar por encima de las modas pasajeras, en una búsqueda insaciable de las esencias del toreo”. La calle principal de la Feria de Sevilla lleva su nombre. Todo lo relacionado con la saga de los Bienvenida, y en particular de Antonio Bienvenida, fue donado por Don Juan Murillo de Saavedra Vizconde de Burguillos al Club Taurino Extremeño.

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