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Siete orejas para cerrar la feria del Café de Manizales (Colombia)

Ayer por la tarde en Manizales (Colombia) se vivió una corrida goyesca donde actuaron mano a mano Enrique Ponce y Julián López "El Juli" ante toros de Ernesto Gutiérrez Arango. Una corrida que levantó una espectación tremenda. Enrique Ponce, construyó en sus tres turnos faenas cuya primoroso acabado cubría las vigas de la estructura técnica. La suavidad acoplada de toros y torero embelesaron la soleada y pletórica plaza. El coro multitudinario tronaba ¡Torero, torero! y cantaba Pooonce, Pooonce, cuando finiquitaba la mejor, la tercera y los músicos le tocaban el pasodoble excepcional “Feria de Manizales” que está tarde sonó más que todos; cuatro veces, dos para cada uno. No voy a describir su torear, conocido por todos y patrimonio ya de la historia. Solo digo aquí que al primero lo liquido con estocada de oreja, que al tercero le anduvo al unipase, perdiendo pasos tras cada embroque hasta una espada desprendida que requirió cruceta y aviso, desatando un contrapunto entre parciales y palco por la peluda que no se concedió. Al quinto le ligó una completa coreografía en la que no faltaron las norias triplevuelta ni las poncinas que causaron delirio. El aviso coincidió con la caída del toro, la escandalera, las dos orejas y la ya mencionada cantata de adoración. “El Juli”, prolijo con la capa, tanto en las tandas de saludo como en sus proverbiales quites de los cuales el culmen fueron las cuatro lopecinas y dos medias al sexo, el más decorosamente presentado. De muleta, destacó la obediencia de sus tres, unciéndolos en redondo y en círculos y círculos repetidos resueltos con martinetes y otros remates. También hubo coro para él de “Juli, Juli”. Su toreo sanguíneo y arrebatado contrastaba con la serena precisión de su alternante. Al segundo le pinchó arriba sin soltar, antes de un espadazo trasero letal. El cuarto fue el mejor estoqueado de la corrda, y al sexto, al cual administró pases de todas las marcas, le pinchó en medio de una batahola indultadora, para luego rodarlo con estocada trasera pero fulminante y recibir las últimas dos orejas de la tarde y dar paso a una fiesta de padre y señor mío, con su alternante y el ganadero en hombros en medio del clamor de la multitud que no quería irse de su Monumental. Así murió la feria. Los toros, cornicortos, mucho, en diversas versiones, gachos, capachos, vueltos, brochos. Entre el estruendo de la celebración feliz, Guillermo Rodríguez pasó por el callejón y me dijo —Ese es el toro de Gutierrez qué le vamos a hacer—- Y yo pensé, no solo de Gutiérrez, de Manizales. Pues entre anoche y hoy echó a este ruedo trece reses que produjeron los dos más concurridos y triunfales festejos de la temporada colombiana, sin contar los seis de Cali, que ganaron el trofeo al mejor encierro, con lo cual harían diecinueve, uno tras otro. Sí, qué le vamos a hacer.

Manizales (Colombia). Sábado 12 de enero de 2019. Feria del Café. Corrida goyesca. Toros de Ernesto Gutiérrez Arango, dispares de presentación y juego variado. Todos encastados y con mucho fondo. Aplaudidos en el arrastre 1º, 2º, 4º y 5º. El 6º premiado con la vuelta al ruedo. Enrique Ponce, oreja, vuelta al ruedo tras petición y dos orejas tras aviso; El Juli, oreja, oreja con petición de la segunda y dos orejas. Entrada: Lleno. Incidencias: Saludaron Emerson Pineda y Héctor Fabio Giraldo tras parear al 1º.

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