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Sebastián Castella corta dos orejas en la novena de la feria de Fallas de Valencia

El torero francés Sebastián Castella ha salido esta tarde a hombros por la puerta grande de la plaza de toros de Valencia, en el noveno festejo del ciclo fallero, donde el torero de Beziers ha cortado las dos orejas de su segundo toro, un excelente Jandilla que se le pidió el indulto y el presidente no quiso concederlo. Según cuentan los aficionados que han estado presentes ha sido un toro para el recuerdo. Horroroso, número 74, negro, de 540 kilos y nacido en septiembre de 2014, fue un toro que derribó con estrépito en las dos varas que tomó. Santiago Pérez, a caballo, señaló en la misma yema las dos veces. El diestro francés, con un quite por chicuelinas, encendió la tarde, hasta ese momento apagada. José Chacón y Fernando Pérez saludaron en el tercio de banderillas y Castella, percatado de la brava y franca condición de su oponente -convertido, en esta ocasión, en magnífico colaborador- brindó al público. En el mismo centro del platillo abrió con sus clásicos cambiados por la espalda, el primero de ellos con la mirada perdida en el suelo para dotar de mayor emoción al momento. La plaza vibró. A partir de ahí, Horroroso -¡vaya nombre para un toro tan bravo!- enseñó a todos sus virtudes, que fueron muchísimas, por no decir, directamente, que fueron todas las que puede tener un toro bravo: alegría, prontitud, largura, humillación, clase, recorrido, fijeza, duración... El toro soñado. Habrá quien diga que escarbó en algún momento, o que apenas sangró en varas, pero, a la vista del espectacular juego del toro en el último tercio, semejantes nimiedades no deben empañar en absoluto la sobresaliente conducta del animal. Castella respondió con una faena de gran conexión popular, en la que se acopló mejor a derechas. Por ese lado toreó con temple y ligazón, respondiendo mejor el toro cuanto más le bajaba la mano el torero. La petición de indulto fue in crescendo pero el usía llegó a avisar dos veces al matador para que entrara a matar. A pesar de la insistencia de los aficionados, que pidieron con gritos y pañuelos el perdón para el toro, Castella empuñó el acero y lo sepultó a ley en la honda anatomía de Horroroso, rematando con el descabello al borde del tercer recado presidencial, que, afortunadamente, no llegó. Hubiese sido un despropósito reglamentario. Las dos orejas y el pañuelo azul asomaron prácticamente a la vez. El segundo, Observador de nombre, fue bravo y encastado, de enorme interés. No regaló nada, exigía colocación y mando a su lidiador, pero tomó la muleta por abajo, con transmisión y chispa. Los pasajes más logrados de Castella llegaron en el inicio del trasteo, con muletazos por alto pero muy poderoso. El cambio de mano de remate, por el pitón izquierdo, fue sensacional. Como la embestida del animal, que también la tomó con humillación y emoción por el otro pitón. Luego, la intensidad lograda en ese prólogo no logró mantenerla el francés, que buscó la fórmula sin lograr encontrarla. El importante jandilla fue arrastrado entre un injusto silencio. Lo mejor de la actuación de Urdiales con el primero fue la estocada con la que tumbó al toro. Volapié contudente, entrando con rectitud y metiendo la espada por el hoyo de las agujas. El de Vegahermosa fue un toro noble y manejable pero falto de empuje. El riojano, molestado por el viento, mostró empaque a derechas en una labor sobria y medida. El cuarto, descompuesto y sin clase, tampoco le permitió lucir a Urdiales. Obligado a perder pasos entre muletazo y muletazo para resolver la gazapona condición de su oponente, apenas esbozó algún natural de buen corte dentro de un conjunto sin historia. No estuvo a gusto Cayetano con el tercero. El viento molestó muchísimo y le resultó imposible gobernar la enrazada condición de su oponente. Optó por abreviar, matando de estocada tendida y tres golpes de descabello. Trató Cayetano de enderezar su tarde con el sexto, brindando al público y arrancado de rodillas su faena de muleta. Sin embargo, el castaño de Vegahermosa soltó la cara y le faltó entrega. Cayetano probó en varios terrenos pero no logró el lucimiento, matando de una estocada.

Valencia, domingo 17 de marzo de 2019. Feria de Fallas. Toros de Jandilla y Vegahermosa (1º y 6º). Correctos de presencia, bastitos de hechuras y desiguales de juego. Dos toros fueron sobresalientes: el bravo y exigente segundo; y el extraordinario quinto -Horroroso, número 74, negro, de 540 kilos, nacido en septiembre de 2014 y de 540 kilos de peso- que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre tras insistente petición de indulto. Diego Urdiales, saludos y silencio tras aviso; Sebastián Castella, silencio tras dos avisos y dos orejas tras dos avisos; y Cayetano, silencio en ambos. Entrada: Tres cuartos. José Chacón y Fernando Pérez saludaron tras banderillear al quinto.

Festejo para mañana en Valencia, décima de feria, corrida mixta: Dos toros para rejones de Los Espartales para el rejoneador Diego Ventura, y cuatro toros para la lidia a pie de los Hermanos García Jiménez, Peña de Francia y Olga Jiménez Fernández para Enrique Ponce y Antonio Catalán “Toñete”. Sobresaliente: Víctor Manuel Blázquez.

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