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Gran noche de toros en el cierre de la temporada taurina de Lisboa (Portugal)

Ayer se celebró el último festejo del abono de Campo Pequeno, que marcó decisivamente la resistencia de la tauromaquia lusa frente a la pandemia y la discriminación, no resultó triunfal pero ofreció muchos momentos de buen toreo, propiciado por las buenas condiciones del encierro de Passanha. Hace un par de años que el joven Francisco Palha ascendió, con justicia, a la posición de figura del toreo ecuestre, aunque apenas en la presente temporada se impuso decisivamente en la plaza de la capital. En esta ocasión dejó ver todas sus virtudes, lidiando con inspiración el cuarto toro, de francas embestidas, con el cual rubricó una exhibición de alto nivel, iniciada con una emotiva suerte a porta gayola. Mantuvo hasta final un tono elevado, sobre todo en las suertes invadiendo los terrenos de compromiso. Antonio Ribeiro Telles volvió a reivindicar su posición de catedrático, frente al que rompió plaza, sin chispa. Pausadamente, con sabiduría, el maestro le sacó el máximo partido, eligiendo los terrenos adecuados para clavar banderillas de nota alta rematadas clásicamente. Marcos Bastinhas lidió el bravo cuarto, que le permitió hacer patente el momento dulce que atraviesa, con base en la seguridad y el pundonor. Mostró capacidad para estar a la altura de un gran toro y logró momentos brillantes, antes de terminar colocando un par a dos manos marca de la casa. El tercero fue un toro noble, de escasa transmisión, al que Duarte Pinto sometió con su entrega valerosa. Citó reiteradamente de poder a poder, con la verdad que caracteriza su estilo y alcanzó momentos álgidos, que le afianzan como uno de los triunfadores del Abono. Andrés Romero sorprendió a los aficionados más exigentes, al lucir la mejor versión de su rejoneo. Construyó una faena vibrante, sin aspavientos y consumando las suertes con mucha seriedad, levantando al público de sus asientos para celebrar los pasajes de mayor efecto. A Luis Rouxinol hijo le tocó bailar con la más fea, en este caso un toro mansurrón y sin fuerza que cerró plaza. El joven jinete no se aburrió, bregó con eficacia y le plantó batalla, consiguiendo sacar lo poco que el oponente tenia. Actuación que demuestra su crecimiento como lidiador. Los forcados amadores de Lisboa y del Ramo Grande (Azores) se encargaron con valentía y lucimiento de las seis pegas de cara.

Lisboa (Portugal). Plaza de toros Campo Pequeno. Jueves, 1 de octubre de 2020. Toros de Passanha, bien presentados, nobles, serios y con movilidad. Destacó el 2°, bravo. Antonio Ribeiro Telles, vuelta; Marcos Bastinhas, vuelta; Duarte Pinto, vuelta; Francisco Palha, vuelta; Andrés Romero, vuelta; Luis Rouxinol, hijo vuelta. Entrada: Casi lleno en el aforo permitido. Una vez más, se cumplieron todas las normas de seguridad.

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