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El coronavirus acaba con la vida del torero Pablo Lozano a los 90 años

El maldito bicho del coronavirus ha acabado con la vida del torero Pablo Lozano a los 90 años de edad. Quien fuera la Muleta de Castilla ha muerto como consecuencia del coronavirus. Con él se va parte de la historia del toreo desde mediados del pasado siglo. Nacido en la localidad toledana de Alameda de la Sagra el 29 de agosto de 1932, tomó la alternativa el 25 de septiembre de 1951 en Barcelona, teniendo como padrino a Luis Miguel Dominguín y de testigos a Manolo González y José María Martorell. Aquella tarde se lidiaron toros de Samuel Flores y Atanasio Fernández. Al año siguiente, 1952, confirmó la alternativa en Madrid el 18 de mayo, de manos de Antonio Bienvenida y Paco Muñoz, de testigo, ante toros de José Ignacio Vázquez. Uno de sus mayores éxitos tuvo lugar el 14 de julio de 1957 cuando toreó como único espada en la plaza de toros de Madrid en la corrida del Montepío de Toreros. Junto a sus hermanos, especialmente con José Luis y Eduardo, tuvo una importante trayectoria como apoderado de grandes figuras. Por sus manos y sus conocimientos pasaron toreros de la talla de Palomo Linares, Curro Romero, Manuel Benítez “El Cordobés”, Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, César Rincón, José María Manzanares padre e hijo, Manuel Caballero, Vicente Barrera, El Juli, Sebastián Castella o Eugenio de Mora… Durante su vida también puso su sabiduría al servicio del toro, llevando las riendas de la ganadería de Alcurrucén, a la que convirtieron en una de las más señeras del campo bravo, además de los otros dos hierros de la casa: Lozano Hermanos y El Cortijillo. Como empresarios su carrera también está llena de éxitos. Especialmente en Madrid, plaza que gestionaron con brillantez entre 1990 y 2004. Su gestión como empresarios de la plaza más importante del mundo la trasladaron a América durante cerca de veinte años en los que dirigieron cosos como Bogotá, Medellín o Quito. Como matador de toros en el 25 de septiembre de 1951 tomó la alternativa en Barcelona de anos de Luis Miguel Domínguin, con toros de Samuel Flores. Confirmó en Madrid el 18 de mayo de manos de Antonio Bienvenida. Su trayectoria como sobrio representante del toreo toledano fue ardua y no exenta de dureza: el 3 de mayo de 1953 resultó herido de gravedad en Figueras. Como único espada conquistó Madrid y su triunfo más importante ante seis toros de Barcial en 1957, en la corrida del Montepío. Que le dio un impulso vital a su carrera. Abarcó todas las facetas del mundo del toro y es padre de Luisma Lozano, Fernando Lozano y Pablo Lozano, pero sin duda, su faceta más importante fue la de ser forjador de figuras del toreo de altísima talla y de diversas épocas: Palomo Linares, José María Manzanares (padre e hijo), Juan Antonio Ruiz «Espartaco», César Rincón, Manolo Caballero, Manuel Benítez «El Cordobés», Curro Romero, El Juli, Castella (ya en manos de su hijo Luis Manuel, como otros), Eugenio de Mora, Vicente Barrera… Enviamos desde el blog de pcctoros nuestro más sentida condolencia a la familia de Pablo Lozano.

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