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El Senado colombiano dan la puntilla a la tauromaquia

El pasado jueves de madrugada, poco antes de las 3:00 a.m. 50 senadores de la República votaron favorablemente en segundo debate el proyecto de ley por el cual “se prohíben progresivamente las prácticas de entrenamiento cruel con animales y se dictan otras disposiciones”, es decir, votaron a favor de la prohibición de las corridas de toros y su desescalamiento hasta la prohibición total en tres años. 50 votos a favor de la iniciativa promovida por la senadora Andrea Padilla y 4 en contra, constituyeron quorum decisorio, y por supuesto mayoría, de acuerdo con el reglamento de la corporación. El proyecto había sido aprobado en primer debate el 6 de septiembre de 2022. Sin embargo, es importante aclarar que el Congreso de Colombia es bicameral, es decir, que está conformado por Senado y Cámara de Representantes, y este tipo de proyectos de ley pueden tomarse desde su radicación hasta su aprobación, hasta dos legislaturas, y deben ser debatidos y aprobados en 4 debates, durante los cuales se presentan las ponencias a favor y en contra de los proyectos. Hacen falta los dos debates en la Cámara de Representantes, que se pretende sean llevados a cabo en la segunda parte de la presente legislatura, entre el 16 de marzo y el 20 de junio de 2023. Durante el pasado mes de octubre se llevaron a cabo las audiencias públicas que la comisión accidental de la Cámara de Representantes promovió en Bogotá, Cali y Manizales, con el fin de escuchar en los territorios los diferentes argumentos a favor y en contra del proyecto de ley prohibicionista. En las tres ciudades se escucharon a más de 200 personas representantes de cada uno de los sectores implicados. En todos los espacios la mayoría taurina contrastaba con las delegaciones de antitaurinos y animalistas, que en todos los casos, estaban representando a partidos políticos.  En la sesión del jueves en plenaria de Senado se expusieron argumentos radicales que desconocían el carácter cultural de la tauromaquia, y otros que procuraron conciliar posturas. Algunos de los senadores firmantes del proyecto como autores del mismo incidieron para que se regulara el espectáculo taurino pero que no se prohibiera, como si alguna ráfaga de democracia los hubiera visitado a esa hora de la madrugada, otros propusieron transitar hacia la corrida incruenta, hasta que sin argumentación alguna, la senadora ponente propuso una modificación al texto del articulado, excluyendo del proyecto a las riñas de gallos y a las corralejas, dejando solamente las corridas de toros, y planteando de manera contradictoria que la vida se respeta en todas sus manifestaciones. La senadora Padilla fue coautora del proyecto que legalizó el aborto en Colombia hasta la semana 24, lo que ha generado una serie de críticas en muchos sectores de la ciudadanía que no logran entender cuáles son las consideraciones sobre vida en todas sus manifestaciones de la senadora y varios de los autores del proyecto prohibicionista. El senador Caldense Guido Echeverri Piedrahita, coautor del proyecto de ley, fue uno de los que a última hora pidió optar por la regulación y no por la prohibición. Quedó también en evidencia que las bancadas no están ni siquiera de acuerdo entre ellas, y que la posibilidad de preservar la argumentación en el debate es cada vez menos importante, y que lo que prevalece es el interés partidista desde el que se protegen y favorecen a los financiadores de sus clientelas políticas. No es un tema menor que también se haya aprobado la lista cerrada en la reforma política que propone el gobierno, una especie de lotería en la que no se elige a los mejores, sino a las listas que mayor poderío tengan, independientemente de la calidad de las personas que conforman las listas, una sumatoria aritmética de clientelas que no contribuye al fortalecimiento de las libertades y la democracia. Estos son los autores del proyecto prohibicionista, que no han llegado a los territorios a escuchar a las partes en sus argumentaciones y que han impedido que esa diversidad de expresiones sea insumo para la deliberación; por lo que se espera que en la Cámara de Representantes, desde la comisión accidental conformada para hacer esa recopilación de manifestaciones civiles, se amplíe el acervo argumentativo a partir de las relatorías construidas en las audiencias públicas llevadas a cabo. Desde las organizaciones culturales afines a la tauromaquia, los colectivos de abogados que han apoyado con rigor el apego al marco constitucional y jurisprudencial, que en este caso legaliza la realización de espectáculos taurinos en algunos territorios del país a la luz de las excepciones presentadas en la sentencia C-666 de 2010 de la Corte Constitucional, se han iniciado diferentes acciones y procedimientos jurídicos que impidan el avance asimétrico del proyecto prohibicionista de la senadora Padilla. Por el momento se ha dejado claro que continúa vigente la legalidad de las corridas en Colombia, y que esta votación es apenas un acontecimiento parcial que no impide la realización de los espectáculos taurinos que hacen parte de las ferias programadas en lo que resta del año y comienzos del 2023 en Colombia, entre ellas las temporadas taurinas de Feria de Cali organizada por Tauroemoción, y la de la Feria de Manizales organizada por Cormanizales.

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