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Cuarta puerta grande de Miguel Ángel Perera y Diego Urdiales pincha una buena faena con la espada en Madrid

Hoy se ha celebrado en Madrid, la vigésimo sexta corrida de la feria de San Isidro de Madrid donde se ha lidiado un encierro desigual de Adolfo Martín donde ha habido dos nombres destacados, Miguel Ángel Perera que ha abierto su cuarta puerta grande de su carrera profesional al cortar las dos orejas de su segundo toro y dejando huella ante los aficionados madrileños que llenaban los tendidos madrileños, por su parte, el arnedano Diego Urdiales pudo arrancar una oreja de peso en el quinto toro, pero el mal uso de la espada privó al riojano de cortar una oreja de peso. Abrió plaza un toro de Adolfo muy bajo de raza, sin celo y que embistió con la cara alta y con poco recorrido. Lo recibió Ferrera poderoso con el capote, llevándoselo a los medios bajando bien las manos. Ejecutó un tercio de banderillas con facultades y conocimientos, destacando en el tercer par, ejecutado por los adentros. Luego realizó una faena de muleta plena de sabiduría y convencimiento, con solidez y muy por encima de su oponente. No se aburrió nunca de buscar el pitón contrario, a pesar de que sabía que no iba a haber premio. Mató de pinchazo y estocada y fue silenciado.
Ferrera anduvo centrado, muy metido y mostrando una gran capacidad lidiadora de principio a fin. El toro se movió en los dos primeros tercios, cuajando un buen tercio de banderillas el extremeño. Clavó un primer par de poder a poder, un segundo citando en los medios de espaldas y un tercero al quiebro por los adentros. El de Adolfo llegó a la muleta distraído, deslucido, manseando y apretando para adentro, sin ofrecer opciones a su matador. Lo despachó de dos pinchazos y estocada. El segundo fue un ejemplar deslucido, parado, sin raza ni clase, con el que Urdiales no tuvo opción de lucimiento. Anduvo mucho tiempo delante del toro, acortando distancias tratando de templar la aplomada embestida, pero el animal además reponía y se quedaba corto. Fue silenciado el riojano. El quinto tuvo buena condición pero resultó muy bajo de raza. Noble pero falto de empuje, lo que le faltó se lo puso Urdiales, que anduvo sosegado y metido con él por los dos pitones. Con la izquierda hubo dos tandas en las que toreó despacio, ganando y perdiendo pasos a conveniencia, con armonía y enjundia en muletazos instrumentados de uno en uno. Falló a espadas, matando de pinchazo y estocada corta y se dividieron las opiniones al saludar el torero. El tercero repuso la embestida. Fue parado, con poco empuje y deslucido como sus dos primeros hermanos de corrida. Fácil y técnico estuvo Perera con él en una faena de mucha firmeza, exprimiendo siempre al animal. Cumplidor y por encima del toro el extremeño, que concluyó de estocada trasera. Saludó una ovación. Perera cuajó una gran faena al sexto, un toro exigente y encastado al que el extremeño, a base de poder y mando, hizo romper para adelante. Extraordinario fue su toreo al natural por el pitón izquierdo, pleno de encaje en muletazos largos y hondos, sin una sola duda en toda la faena. Faena de torero en sazón, reunida, de pies atalonados, ganándole siempre la partida y la voluntad al animal, solventando a base de valor las indecisiones del toro. Mató de una gran estocada, el toro tuvo una muerte espectacular y las dos orejas cayeron casi de golpe en el palco presidencial.

Madrid, martes 3 de junio de 2014. Toros de Adolfo Martín, bien aunque desigualmente presentados y deslucidos salvo el encastado, exigente y humillador 6º. Antonio Ferrera, silencio en su lote; Diego Urdiales, silencio y saludos con división de opiniones tras aviso; Miguel Ángel Perera, ovación con saludos y dos orejas. Entrada: Casi lleno.

Cartel para mañana en Madrid; Corrida de la Beneficencia: Toros de Alcurrucén para Julián López "El Juli", Iván Fandiño y Alejandro Talavante.

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