Ana Infante, la realidad en el toreo femenino.
Ana Infante preparando los trastos para entrenarse en la plaza de toros portátil de la Venta del Batán.
Ana Infante, la novillera de Madrid, corrió el año pasado, un encierro de los Sanfermines de Pamplona. La madrileña da estas declaraciones en el periodico el Imparcial, en la que ella colabora con la información taurina.
¿Cómo has afrontado la carrera de esta mañana? ¿Cómo te sientes al ser la primera mujer torera que corre un encierro en Pamplona? ¿Crees que marcarás una tendencia tras tu participación? ¿Qué diferencias hay entre correr de forma profesional o como aficionada? ¿Cómo influyen el resto de corredores a la hora del desarrollo de tu carrera? ¿A qué le tienes más miedo al toreo o a los encierros de Sanfermines? El miedo en el toro a que no vuelvas como has llegado siempre se tiene, el que diga que no es un cobarde. El torero que va a hacer disfrutar a un tendido en la plaza tiene que pasar miedo y el de las carreras depende de muchos factores porque hay muchísimas personas en la carrera que no están en las mejores condiciones, pero la figura del toro en sí no me da miedo, me impone respeto. ¿Qué errores se suelen cometer en los encierros? ¿Has necesitado alguna preparación especial? ¿Qué supone este evento para tu carrera profesional? ¿Siempre has querido participar? Lo veo desde el aspecto de un torero y siempre he pensado que la carrera perjudica cuando después tienes que ponerte delante del toro. ¿Cómo fue tu primera experiencia? ¿Tienes algún ritual antes de la carrera? ¿Hay muchos toreros que corran? No es muy habitual que un torero corra un encierro, pero los locos muy cuerdos lo suelen hacer. Llama muchísimo la atención que un matador de toros corra un encierro, y más en Pamplona.
Con mucho miedo porque he estado siguiendo las carreras de todos estos días y es una responsabilidad, aparte de ser una experiencia bonita. Lo he vivido siempre desde las talanqueras y ahora voy a ser partícipe y creo que va a ser algo que me va a marcar mucho en mi vida.
No sé, es como un bautizo porque mucha gente pensará que estoy loca pero siempre digo que tengo una locura muy cuerda. Creo que es algo que como profesional tarde o temprano lo iba a hacer.
No lo sé. Puede ser porque también es bonito ver que hay mujeres que corren en los encierros y son participes. Es una manera de dulcificar lo que es la Fiesta. Sé que en Pamplona hay alguna mujer que corre, pero que sea asidua no. Ninguna ha perdido la cabeza (risas).
Hombre pues como aficionada lo haces para divertirte, como una anécdota, pero cuando ya tocas el terreno de los que llevan muchos años corriendo tienes que correr bien, sobre todo para no entorpecer a los demás.
Date cuenta de que todos quieren hacer una carrera bonita. A la vez que hay mucho compañerismo hay mucho individualismo. Si puedes coger un toro y hacer una carrera bonita te da igual el compañero, eso sí, sin molestar a los demás, ahí está el secreto de correr una carrera bonita. Piensa que todas las cosas que se hacen con el corazón suelen tener bastante belleza.
Tengo más miedo a la carrera porque torear es un momento en el que estás solo y depende de ti y de lo que es el toro en sí, pero las carreras dependen de la gente que ese día se ponga en el recorrido.
Me han avisado de que mire adelante, que tenga cuidado con la gente que se tropieza y sobretodo me han dicho las calles donde mejor se puede correr.
Sí. He tenido que hablar con corredores y la verdad es que me ha ayudado mucho y me he sentido muy respaldada. Además, a Pamplona me voy arropada por ellos.
Te lo diré cuando termine. Pienso que me va a suponer una satisfacción personal.
Siempre he tenido contrariedad con los encierros, pero a la vez siempre he tenido cierta inquietud y admiración por los corredores profesionales.
Mi primera experiencia fue de risa. Estaba en un pueblo, creo que era Matalpino, tenía que torear por la tarde y bajé a ver la novillada. Iba andando por el recorrido para ver el sorteo y de momento sonó un cohete y vi a gente corriendo. De repente me encontré metida en el encierro y terminé de correr. Pensé “vaya tela tener que torear esta tarde y estar ahora en el encierro”.
Los echaban de tres en tres y vi toda la novillada, pero luego me puse de mal humor porque les hacen cosas a los toros. Ves como los enchiqueran... pero fue una bonita tarde.
Eso siempre. Igual que para torear. Me encomiendo a mi Cristo del Caloco y le pido que por lo menos termine y me vaya a mi casa como he venido y sobretodo que no le pase nada a nadie. Eso por supuesto, prefiero que me pase a mí antes que a los demás.
Yo conozco a David Fandila "El Fandi" que siempre suele correr por la mañana y torear por la tarde. También Juan José Padilla, y a lo mejor alguno más que se me escapa.
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