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Matías Tejela salva el fracaso en Sevilla cortando una oreja

Matías Tejela salva el fracaso en Sevilla cortando una oreja

Matías Tejela.

Como casi todas las tardes de la feria, la decepción llegó con los toros. El tan ansiado encierro de Fuente Ymbro no dio el juego deseado. Bien es cierto que la tarde no fue de bostezos, porque el lote tuvo matices y una terna muy dispuesta que, en general, estuvo por encima de sus oponentes.

Pero no es menos cierto que decepcionaron los astados de Ricardo Gallardo, por la tan inusual falta de raza de estos toros que se lidiaron en la décimoquinta de feria. Nadie se esperaba, incluido el propio ganadero, que sus toros salieran rajados, cuando lo normal en este hierro es la casta, algo que se hizo patente en el sexto de la tarde, que para más ‘inri’ salió de sobrero.

El sexto ejemplar comenzó a blandear en el saludo de capa de Tejela. La falta de fuerzas fue a más, y aunque empujó en el primer tercio, la pérdida de manos hizo que el presidente devolviese a los corrales al toro y saltara el sobrero que maquilló el festejo.

El bis, un toro largo y ofensivo, fue un ejemplar muy exigente y encastado, que nunca lo puso fácil y al que le costó entregarse. Con él, Tejela firmó una importante faena de mucha exposición y esfuerzo, entregándose, dejando la muleta puesta y llevándolo muy por bajo casi siempre por el pitón derecho, el más claro de su antagonista.

El toro, que muchas veces hizo hilo y no ofreció pelea fácil, respondió al final por ese pitón cuando Tejela le aguantó y llevó, protagonizando una labor muy vibrante que llegó a los tendidos dada la encastada condición del toro y la entrega del alcalaíno. Poco a poco, la faena iba increscendo, en vibración y con un torero que apostaba por el triunfo a base de jugársela ante un toro nada fácil.

Un exigente de Fuente Ymbro, sabedor Tejela que de no haber estado a la altura lo mandaba para casa porque el público se hubiese decantado por el toro. Cambió de mano a mitad de labor y en un cite por el pitón izquierdo, mal colocado, el toro lo desarmó e hizo hilo, propinándole un golpe en la cara. No le importó a Matías ese contratiempo que volvió a intentarlo por ahí, robándole un par naturales de mucho mérito.

Siguió tragando y exponiendo Tejela en una faena muy intensa, con momentos de altura sobre la mano diestra, en la que se acabó imponiendo el madrileño a un toro que apunto estuvo de rajarse al sentirse podido. Lo remató de un espadazo, que puso la oreja en sus manos.

El tercero, un toro bajo de hechuras, estaba bien rematado, metió la cara y repitió ya en el capote de Tejela, que molestado por el viento, firmó un saludo de capa en el que destacaron los lances por el pitón izquierdo. El madrileño llevó galleando por chicuelinas al toro, lo que gustó mucho a los tendidos y se dejó pegar en el caballo por dos veces pero sin mucho empuje y saliendo suelto.

El Fuente que recibió una fatigosa y larga lidia rompió a embestir en la muleta con clase, recorrido y ritmo. Tejela le cogió el pulso en la primera serie ligada sobre la mano diestra, bajando la mano. Algo tardo en cada arranque inicial de la siguiente serie, firmando el madrileño una tanda de mano muy baja y rota con el toro repitiendo y transmitiendo al galope. De nuevo sobre la mano diestra, y de nuevo el toro embistiendo como una máquina, arrancó la banda.

Cuando cambió a la zurda, algo fuera de cacho, el toro se rajó en los primeros muletazos. A partir de ahí bajó también la faena, justo cuando comenzó a soplar el viento con más fuerza. Terminó por dentro del tercio con algún derechazo destacable pero con el toro muy rajado. Fue ovacionado después de un aviso y una estocada corta. Lo brindó al respetable.

Destapó la corrida ‘Tamboril’ -que ni mucho menos sonó a bueno- fue un astado largo, con movilidad y casta, pero muy alto de agujas y echo hacía arriba desde atrás. Espectacular, el toro se vino con todo en banderillas, donde el extremeño protagonizó un vibrante tercio de rehiletes.

Igual se vino de primeras en la muleta, sin permitir siquiera a Ferrera brindar la faena (al cielo, en homenaje a Manolo Montoliú) hasta después de la segunda serie. El toro tuvo la virtud de la prontitud y la casta, y el defecto de no humillar jamás, algo rebrincado, y de no terminar de desplazarse primero por el pitón derecho y después acortando sobre el izquierdo. Ferrera comenzó bien en un manojo de muletazos por bajo y después en una serie al natural que levantó palmas.

Tras eso el toro se fue quedando corto y la faena de Ferrera bajando en intensidad, aunque el de Fuente Ymbro no paró de acometer nunca, ni siquiera cuando montó la espada el extremeño, al que sorprendió en un par de ocasiones. Sin opción el diestro. El segundo del lote, se lo brindó a los presentes, durando muy poco y terminando rajado en chiqueros.

Manso en el caballo, lo más importante llegó en un vibrante tercio de banderillas, con el encuentro de espaldas en los medios y posteriormente el quiebro por los adentros pegado a tablas que levantó al público de sus asientos. Después de brindar al público, Ferrera puso ganas en la faena pero el toro, incierto en los primeros compases, se rajó al principio de la misma y terminó en los chiqueros. Para colmo, no anduvo fino con la espada ante otro sin posibilidades.

El malagueño Salvador Vega tuvo un primer ejemplar colorado bajo de agujas que salió con menos fijeza que su hermano que abrió plaza. Cumplió en varas aunque saliendo suelto, llegando distraído a banderillas y a los primeros compases de faena, tuvo la virtud de humillar en el capote. En la faena, llegó sin definir pero pronto se vio que el astado se quería rajar.

Vega puso intención y voluntad, casi siempre en los medios y con la muleta en el pitón menos malo, el derecho, porque por el izquierdo se metía buscando al torero con descaro. Además de ese defecto en la embestida y la falta de raza y celo del ejemplar hicieron que le costase llegar a los tendidos.

Alargando su labor, Vega, sin opciones de ningún tipo, sufrió un desarme, lo que le hizo desistir y decidirse a concluir su labor. Muy poca raza del de Fuente Ymbro que se terminó parando y rajando. Cerró su lote, el quinto, uno castaño, que se vino abajo también al comienzo de faena. Antes había hecho algunas cosas buenas, desplazándose en el capote de Salvador y en el del lidiador, aunque derrotando al final, como luego hizo en la faena de muleta.

Sin embargo, cuando llegó a la faena el toro se apagó, parado, sin raza y mirando mucho a su matador sobre todo por el izquierdo. Vega lo intentó en cada momento de su labor, con pases de uno en uno por el derecho, pisando terrenos cortos y comprometidos, aunque la faena no pudo tomar cuerpo debido a la nula condición del Fuente Ymbro muy remiso a embestir que había brindado al público. Lo mejor fue la estocada, arriba ante otro nulo para el triunfo.

Ficha de la Decimoquinta de la Feria de Abril de Sevilla

Sevilla. Viernes 1 de Mayo. 15ª Feria de Abril. Lleno.

Toros de Fuente Ymbro, (6º como sobrero), desiguales de presentación. 1º encastado aunque sin clase (división). 2º rajado y sin raza (pitos), 3º noble aunque se rajó. 4º y 5º rajados (pitos). 6º encastado (ovación).


Antonio Ferrera: Silencio y silencio.
Salvador Vega: Silencio y silencio.
Matías Tejela: Ovación y una oreja.

Matías Tejela recibió durante la faena al sexto una herida inciso contusa en el mentón, que interesa piel y tejido celular. Fue suturada bajo anestesia local, de pronóstico leve, salvo complicaciones. Fdo: Doctor Ramón Vila Giménez

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