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Daniel Luque salva del fracaso cortando una oreja en Sevilla

Daniel Luque salva del fracaso cortando una oreja en Sevilla

Daniel Luque paseando la única oreja de la tarde, salvando asi el fracaso de la corrida del Puerto de San Lorenzo en Sevilla.

Ayer martes fue la de Juan Pedro Domecq y hoy le ha tocado el turno a la del Puerto de San Lorenzo. Dos infames corridas que hemos padecido en La Real Maestranza en apenas 24 horas porque lo de esta tarde ha sido otro nuevo fracaso ganadero que se ha tragado la noble y señorial afición de Sevilla.

Ocho toros saltaron al ruedo y ninguno de ellos embistió lo más mínimo, resultando en conjunto una estrepitosa falta de raza, con astados rajados que buscaban incesantemente los terrenos de chiqueros. Nuevo sainete de la materia prima, que hizo aguas por todos lados, con toros mansos sin la más minima gota de sangre brava en su interior. La estrepitosa tarde iba arruinando poco a poco, la esperanza de la parroquia, que cansados de tanto astado huidizo, terminó por mofarse del paupérrimo espectáculo, con gritos de ¡Vámonos, Vámonos!.

Con el ánimo hundido, por el transcurrir del desastroso festejo se llegó al sexto toro, segundo de Daniel Luque, donde demostró el sevillano la gran capacidad, valor, firmeza y ambición, que posee este joven torero que va camino de ser una gran figura del toreo. Luque no dejó pasar el último cartucho que tenía en la Feria de Abril y sacó petróleo de un toro del Puerto, desrazado y deslucido, que empezó a medir a todos durante la lidia, con el que se pegó un arrimón sincero, sin trampa ni cartón. Estático el torero le robó embestidas aquí y allá, por uno u otro pitón, emocionando y asustando por su sensacional quietud.

Manifestó un titánico dominio en cercanías que se imponía a la escasa pujanza del animal. Se dejó llegar los astifinos pitones a la taleguilla en varias ocasiones, sin rectificar un ápice su paralizado cuerpo, para montarse literalmente encima del toro. Le presentó la muleta al mirón muy verdad, le tragó como para quedarse sin saliva, y tiró para adelante de su enemigo con extraordinaria inteligencia.

En su tragantón llegó a enjaretar hasta un invertido completo y varios de pecho espeluznantes, pasándose al toro por la barriga constantemente con un valor descomunal. Además, Daniel se tiró a matar como un verdadero cañón, cobrando una estocada en lo alto. Faena que alteró las pulsaciones de la Maestranza y consiguió levantar una tarde muy cuesta arriba. Su inconmensurable derroche de firmeza le sirvió para cortar una de las orejas con más fuerza y peso, de los últimos años en Sevilla.

El tercero del Puerto, fue un manso con genio malo, sin la más mínima opción para Daniel Luque. Con él trató de estirarse con el capote esbozando su buen manejo del percal, y sin que a penas pudiera justificarse en la faena de muleta sorteando incluso alguna tarascada del animal rajado. Dejó una entera, sufriendo un golpe en la axila al tirarle el toro un derrote a la cara.

Antes había comenzado muy mal la corrida de Puerto de San Lorenzo, con un primero manso y rajado. El burel, que tardó varios minutos en atravesar el umbral de la puerta de toriles, respondió a ese comportamiento frío de inicio, sufriendo además tras la primera vara, una fuerte voltereta que pareció haberlo lisiado. No fue así y Sebastián Castella no dejó pasar su turno de quites interpretando ajustadas chicuelinas.

Luego, El Cid cogió la muleta comprobando pronto como el animal huía descaradamente a tablas. Sin opción, Manuel Jesús tomó la espada. Tampoco en el cuarto se enderezó la corrida. Y eso que fue el toro de mejores principios de todos, desplazándose y fijándose en los capotes, permitiendo a El Cid estirarse a la verónica y luego regalando embestidas que hicieron albergar esperanzas. Sin embargo, a la hora de la verdad, el astado sólo tuvo diez embestidas y pronto echó el cierre ante la desesperación de torero y público. Disposición del saltereño ante un lote mísero.

El segundo bis, sobrero también con el hierro de la ganadería titular, fue manso pero a diferencia del primero, tuvo genio, vibración y sobre todo una embestida humillada y emotiva. Se aquerenció en los terrenos del once, donde desertaba constantemente, proporcionando de esta forma un desorden durante la lidia. Castella, probó en los medios y ante la huída del toro a tablas planteó la faena en la querencia, ligando muletazos intensos, con firmeza, y con el toro barriendo la arena con el morro. Labor interesante del francés que bajó mucho la templada muleta, con la que arrancó la música en su honor. Los aceros y el aviso, le privaron de algo más que la ovación que recibió.

El quinto titular del Puerto fue devuelto a los corrales y en su lugar, saltó un sobrero de Gavira que resultó muy deslucido y, además, poco claro. Castella nuevamente hizo el esfuerzo tratando de romper hacia delante un toro que tardeaba, punteaba y miraba, sin que jamás fuera metido en la muleta por sus malas intenciones. El francés tragó mucho en los medios a un toro que más que embestir, pegaba arreones.  

Ficha de la decimotercera de la feria de abril de Sevilla

Sevilla. Miércoles 29 de Abril. 13ª de Feria de Abril. Lleno.

Toros de Puerto de San Lorenzo (2º bis) y uno (5º bis) de Gavira, correctos de presentación y mansos, rajados y nulos de juego en conjunto. 1º, manso y rajado. 2º, manso, rajado, aunque noblón. 3º, manso con genio malo. 4º, bajo de raza y descastado. 5º, desrazado y complicado. 6º, mirón, y bajo de raza.

Manuel Jesús "El Cid": Silencio y silencio.
Sebastián Castella: Ovación y silencio.
Daniel Luque: Silencio tras aviso y una oreja tras aviso.


Se desmonteró el banderillero José Manuel Fernández "Alcalareño" tras parear al primero

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