Enrique Ponce sigue su racha triunfal en Querétaro (México)
Sigue la racha triunfal del maestro Enrique Ponce en México, ayer por la noche en Querétaro, donde el torero valenciano cortó las dos orejas del quinto toro de la noche, un extraordinario toro de San José. En un festejo que fue de ocho toros, y cortaron una oreja cada uno Juan José Padilla y Diego Silveti y se marchó de vacío porque pechó con el peor lote, Arturo Saldívar. El espada valenciano ENRIQUE PONCE con el que abrió plaza, de nombre “Patito”, al que saludó con empeñosos lances a la verónica. Su faena de muleta, a un astado que se agarró al piso, fue a base de un toreo experimentado y oficioso logró imponerse a pesar de las pocas opciones que le dio, sobresaliendo lo que hizo por el lado derecho. Mató de estocada y terminó siendo aplaudido por su evidente voluntad torera.
A su segundo, “Maestro”, lo veroniqueó de manera templada para rematar magistralmente con una media de cartel y de igual manera se dejó ver en un despacioso y artístico quite por mandiles. Su quehacer muleteril fue de mucha relevancia a un buen toro, con calidad, nobleza y recorrido. El trasteo tuvo maestría muy a su estilo y templado, intercalando sus cambios de mano y la poncina. Mató de estocada para recibir las dos orejas. Al de San José de le aplaudió en el arrastre.
El matador jerezano JUAN JOSÉ PADILLA en su primero, “Sargento”, le dio una larga cambiada de rodillas cerrado en tablas y de pie veroniqueó toreramente para después llevarlo al caballo por chicuelinas caminándole. Con la muleta realizó una faena emotiva, poniendo todo el torero a un ejemplar que se dejó pero sin clase en su embestir. Fue un trasteo con el sello de la casa, tirando del astado y acabó hasta el segundo viaje para cortar una oreja.
En su segundo, “Parte Plaza”, complicado y agarrado al piso, poco hizo con el capote y al igual que en su primero no cubrió el segundo tercio. Con la muleta se ha justificado, siempre dispuesto a pesar de las embestidas bruscas, logrando muletazos de gran mérito y entrega. Falló al matar y todo quedó en fuertes aplausos.
El diestro aguascalentense ARTURO SALDÍVAR en su primero, “Gallito”, lanceó bien a la verónica. El astado fue a menos, se paró pronto, por lo que el diestro lo intentó en todo momento por ambos lados pero sin fortuna. No tuvo opciones y acabó de estocada para tener silencio.
En el segundo de su lote, “Brillante”, complicado y con peligro, ha estado muy valiente y firme para lograr muletazos de mucho mérito. Hizo todo por querer agradar y acabó con la espada hasta el segundo viaje y descabello para escuchar pitos.
El torero guanajuatense DIEGO SILVETI a su primero, de nombre “Soy de Seda” lo veroniqueó siendo desarmado al final. Con la sarga a cuajado una faena importante, corriendo bien la mano a este buen ejemplar, con calidad y trasmisión. La labor fue inteligente y firme, sobre todo por el lado derecho, haciendo el toreo con serenidad, largueza, profundidad y clase. Mató hasta el segundo viaje, le otorgaron una oreja de peso y al toro se le dio arrastre lento.
Y en el toro que cerró el festejo, otro ejemplar con dificultades y que iba con la cara arriba, Diego estuvo por demás dispuesto y torero hasta lograr muletazos de mucha importancia para ser aplaudido.
De esta manera, ante poco más de tres cuartos de entrada bajo un clima agradable, se lidiaron ocho astados bien presentados de la dehesa mexiquense de San José, siendo muy bueno el cuarto que mereció el arrastre lento. Bueno también resultó el quinto que fue aplaudido en el arrastre. Regular salió el segundo y los demás presentaron complicaciones.
Querétaro, Querétaro. Corrida nocturna. Coso Monumental “Santa María”. Entrada: Más de tres cuartos en noche agradable de clima. Toros bien presentados de San José, siendo muy bueno el cuarto, con arrastre lento. Bueno también el quinto, con aplausos en el arrastre. Regular el segundo y los demás presentaron complicaciones. El valenciano Enrique Ponce: Palmas y dos orejas. El jerezano Juan José Padilla: Una oreja y palmas. Arturo Saldívar: Silencio y pitos. Diego Silveti: Una oreja y palmas.
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