Sorprendentes declaraciones del doctor José María Reyes, sobre la intervención a Manuel Escribano
El cirujano jefe de la enfermería de la plaza de toros de Alicante, José María Reyes Gomis, pudo explicar en una radio valenciana el estado de salud de Manuel Escribano. “Hemos conseguido recuperar entre comillas al hombre, y ahora queda por recuperar al torero, que es harina de otro costal. El torero va a necesitar una rehabilitación y unos cuidados dependiendo de cómo su fisiología circulatoria funcione. Ahora está en un estado muy precario, y con esa circulación no va a poder andar, correr y valerse de ese miembro en semanas”. El doctor explicó que esta fue una de las cornadas más graves que ha atendido en los últimos años en Alicante, “junto a otra de un portonero que fue atendido de una cornada en el tórax”. Y es que para Reyes Gomis, la máxima dificultad fue “la premura de asistencia. Si tardamos tres o cuatro minutos más en cerrar el grifo de la hemorragia, ahora mismo no tendríamos torero, se nos hubiera quedado allí. Una femoral rota y desgarrada por encima y por abajo, produce una hemorragia que es mortal”. El doctor continuó explicando que ante ese desgarro, “se hizo una ligadura total de los cabos proximales y distales. Hubo una pérdida de unos 10 cm. de femoral, y por eso fue imposible hacer un injerto o un empalme. En un futuro se valorará si la circulación colateral no compensa la pérdida de la femoral y safena”. José María Reyes Gomis afirmó que la cornada de Escribano tuvo características muy parecidas a las que acabó con la vida de Manolete en Linares. “La de Manolete fue también en el triángulo de Scarpa. Aquella cornada ocurrió antes de la época de inflexión de la cirugía taurina, que se dio con la Guerra del Vietnam, en la cual se evolucionó en el tratamiento de las heridas venosas y arteriales importantes. Antes de ese momento, había que rezar mucho y hacer torniquetes que conducían a un mal asunto”. Y continuó explicando que a Escribano no le hizo falta una transfusión, algo que en el caso del torero cordobés tuvo consecuencias nefastas: “Hubo un shock anafiláctico por una transfusión de un suero excedente de la segunda guerra mundial, que fue lo que le mató. También es difícil saber qué le hubiese ocurrido sin hacerle esa transfusión”, concluyó, no sin antes adelantar que Manuel Escribano saldría hoy de la UCI.
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