Tercera entrega del documental taurino Toreros, historia y arte
El documental taurino Toreros, historia y arte llega mañana sábado, en Canal Sur Televisión, a su tercera entrega, y hablarán esta semana, de una gran figura del toreo de los años 20. Y es sin lugar a dudas, José Miguel Isidro del Sagrado Corazón de Jesús Gómez Ortega pero muy conocido en el mundo del toro como Joselito El Gallo. Fue un célebre matador de toros, español de etnia gitana, por parte de madre, Gabriela Ortega Feria. Nació el 8 de mayo de 1895 en Gelves, en la Huerta de El Algarrobo (Sevilla), y falleció el 16 de mayo de 1920 en la plaza de toros de Talavera de la Reina. Niño prodigio del toreo, considerado por muchos el torero más completo de la historia, protagonizó junto a Juan Belmonte, con el que mantuvo una rivalidad legendaria, la llamada Edad de Oro del toreo durante la década de 1910. Su muerte prematura e inesperada, en la cúspide de su éxito, no hizo sino engrandecer su leyenda como gran maestro de la vieja lidia y transición definitiva hacia el toreo moderno. Hijo, hermano y nieto de toreros, de la famosa dinastía taurina de los Gallo, fue considerado en su época un niño prodigio del toreo. Los ganaderos se lo disputaban para los tentaderos. Asistió a la escuela, al aire libre, de la Alameda de Hércules, donde todos los chicos del barrio jugaban al toro. Antes de cumplir 13 años mató un eral y se le impidió matar otro que se consideraba ya muy desarrollado para la edad del niño. Se cuenta que lloró de rabia porque se sentía seguro de poder cumplir con este segundo astado. Debutó el 13 de junio de 1908 con menos de 13 años de edad, en Jerez de la Frontera, matando becerros de Cayetano de la Riva, junto con José Puerta y José Gárate. De inmediato impactó por su estilo, capacidad de manejo de las dificultades de la lidia y su capacidad de entender las virtudes o limitaciones de los toros que le correspondiesen. Corte de torero largo en su trazo, poderoso y dominador de todas las suertes, se le consideraba muy capaz con el capote, facultad esta última que continuó mejorando a lo largo de su carrera. Así le describe la enciclopedia de Cossío: "Banderillero de facultades prodigiosas, con una muleta que imponía condiciones a los ejemplares y un matador fácil por su efectividad. Torero completo de los pies a la cabeza". Su trayectoria de novillero fue dinámica y meteórica. El 14 de mayo de 1911, por resultar herido Limeño en Écija, tuvo que lidiar seis novillos del hierro de Salas.1 Su mejor año en 1912, cuando debutó en Madrid, el 13 de junio, en la plaza de la carretera de Aragón. Era una corrida de toros y dejó pasmados a todos por su competencia lidiadora. Ese mismo año lo hizo en Sevilla, días después, el 23 de junio. En los dos importantes escenarios alcanzó alturas insospechadas, causando sensación. Toma la alternativa con 17 años el 28 de septiembre de 1912 de manos de su hermano Rafael Gómez "El Gallo", a quien también llamasen el Divino Calvo. El toro del doctorado se llamó Caballero y pertenecía al hierro de Moreno Santamaría. El título lo confirmó en Madrid, ese mismo año, el 1 de octubre, unos días después. También su hermano le cedió los trastos al joven Joselito para que matase al burel bautizado como Ciervo de la ganadería del duque de Veragua, un ejemplar de la rara pinta, jabonero claro, bien armado y con cara rizada. Ya de matador de toros empiezan a surgir las competencias en principio, con Ricardo Torres "Bombita", Machaquito, Vicente Pastor, en cierta forma con su hermano Rafael "El Gallo" y posteriormente con el Califa Leonés (de León de los Aldamas, México), Rodolfo Gaona y, desde luego, con su paisano El Pasmo de Triana Juan Belmonte García. Se formó una trilogía que acaparó la atención popular. Tres reconocidos artistas con disímiles estilos, cuya rivalidad dio margen a una controversia impregnada de pasión. Hubo temporadas como las de 1914 a 1917, en que la fiesta brilló intensamente y floreció entonces lo que los aficionados taurinos han llamado la edad de oro del toreo. Se convirtieron en esta época Sevilla y Madrid en los escenarios determinantes de las contiendas de Joselito y Belmonte por la atracción que las mismas generaba. A manera de anécdota se cuenta el pasaje de la despedida de Bombita en Madrid, quien estuvo muy bien, y después de matar a su segundo toro esa tarde se acercó a Joselito para decirle: "Yo ya he terminado mi vida de torero. No me ofrezcas banderillas en el último toro". Joselito hizo caso omiso a la advertencia y en el sexto le ofreció los garapullos no quedándole otra opción al diestro que aceptar el reto, colocando de mala manera las banderillas, lo opuesto a Joselito quien, se dice, colocase un muy buen par. En su intensa trayectoria Joselito inmortalizó una serie de toros que se recuerdan todavía como lecciones de buen torear, como al toro Almendrito de Santa Coloma en Sevilla, mismo escenario en la que inmortalizó al burel Napoleón. Así también el 30 de septiembre de 1915, en una de las muchas encerronas en solitario que protagonizó, se le concedió por vez primera en la Real Maestranza de Sevilla y tras una inigualable faena, la oreja del toro Cantinero de Santa Coloma (inaugurándose así dicha costumbre), en parte por el recuerdo de su magistral actuación el día anterior ante un toro de Miura. Sentó un precedente que se sigue mencionando hasta la fecha. Fue el primer diestro de la historia en superar la barrera de los cien festejos por temporada, gesta que logró en las de 1915, 1916 y 1917, con 102, 105 y 103 festejos estoqueados respectivamente.La temporada de 1918 arranca con un hecho insólito, pues en la antigua plaza de toros de Madrid concede una alternativa doble, a los diestros Manuel Varé García Varelito y Domingo González Mateos Dominguín. El 6 de junio de 1918, toreó en la inauguración de la plaza que sería conocida por sus incondicionales por "el patio de su casa", la Monumental de Sevilla. Bajó un poco su actividad en 1918 debido, principalmente, a una cornada que le infiriese un toro en Zaragoza; enfermando por esta causa en San Sebastián y tardando en sanar. Precisamente, la temporada de 1920 la inició en la Real Maestranza el 4 de abril. Después fue a Madrid, en una de las pocas tardes en que no tuvo suerte. Como ocurre en otras profesiones, a los toreros, cuando alcanzan la cúspide, suelen verse circunstancialmente bajo la crítica de detractores, lo que ha ocurrido en muchas oportunidades a otros matadores y a lo que no escapase Joselito a pesar de su reconocida calidad. La tarde del 16 de mayo de 1920 no figuraba Joselito en la programación de Talavera de la Reina. El cartel original lo integraban Rafael Gómez "El Gallo", Ignacio Sánchez Mejías y Larita. Joselito, enojado por lo que consideraba un trato ingrato por parte de la afición madrileña, había roto su contrato para torear ese mismo día en Madrid. Fue incluido a última hora para el festejo talaverano, en un mano a mano con su cuñado Ignacio Sánchez Mejías, en una corrida apadrinada por su amigo el crítico Gregorio Corrochano. El quinto toro, «Bailador», de la ganadería de la señora viuda de Ortega, pequeño y burriciego (sólo veía de lejos), lo embistió, causándole una cornada en el vientre que le produjo la muerte. En el medio taurino, acostumbrado entonces a los rumores sobre falsas cogidas, reinó el desconcierto y luego la estupefacción al conocerse la noticia de que un toro había matado a Joselito el Gallo, considerado ya entonces un monstruo sagrado y un genio de la fiesta. Su relevancia quedó ilustrada en el pésame que enviase el gran torero cordobés, ya retirado, Rafael Guerra "Guerrita" a su hermano Rafael Gómez "El Gallo": «Impresionadísimo y con verdadero sentimiento te envío mi más sentido pésame. ¡Se acabaron los toros!» Nuestra Señora de la Esperanza Macarena vistió de luto por su muerte, por primera y única vez. Desde entonces, es costumbre interpretar en las plazas el pasodoble Gallito (aunque se compuso originalmente en honor de su hermano mayor) cada aniversario de la cogida. Muñoz Seca le dedicó unas quintillas ese mismo año, que menciona Cossío y que se convirtieron en un pasodoble, recientemente descubierto.Joselito se encuentra enterrado en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, donde tiene un mausoleo financiado por suscripción popular y realizado por el escultor valenciano Mariano Benlliure. Todos los 16 de mayo, en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, las cuadrillas hacen el paseíllo desmonterados (con la montera en la mano) y se guarda un respetuoso minuto de silencio en recuerdo a la muerte de Joselito.
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