Un año sin el maestro Sebastián Palomo Linares
Hoy 24 de abril se conmemora el primer aniversario del fallecimiento de uno de los toreros más importantes de la historia del toreo, nos referimos al maestro Sebastián Palomo Linares. El diestro falleció tal día como hoy a los 69 años de edad, en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid al no poder superar una intervención quirúrgica a corazón abierto que fue realizado el pasado viernes. El torero linarense que iba a cumplir el próximo jueves 70 años de edad, permanecía sedado y con ventilación mecánica en la Unidad de Cuidados Intensivos de la citada clínica madrileña. Se le había practicado un doble bypass, además de la sustitución de la válvula mitral y la reparación de la válvula tricúspide, según informaba el parte médico facilitado por el Servicio de Cirugía Cardiaca del hospital. Con motivo de su pérdida vamos a ofrecerles los datos de su biografía taurina. Sebastián Palomo Martínez en los carteles "Palomo Linares" nació en Linares (Jaén) el 27 de abril de 1947. Hijo de minero y aprendiz de zapatero, sus primeros pinitos en el toreo los dio siendo adolescente en la convocatoria para seleccionar maletillas que, bajo el título de La Oportunidad, los Dominguín y los Lozano celebraron en la madrileña plaza de Vistalegre. Precisamente fue allí donde vistió por primera vez de luces la noche del 20 de junio de 1964, triunfando ante una res de Jacinto Blanco. Repitió en sucesivas ocasiones, granjeándose un gran ambiente y poniendo su carrera en manos de los taurinos toledanos. Toreó cerca de cuarenta funciones económicas, debutando con caballos con éxito en Ondara (Alicante) el 3 de enero de 1965. Aquel primer año ya toreó un total de setenta y dos novilladas, destacando especialmente su actuación del 31 de octubre en su tierra natal, cuando estoqueó a beneficio del Asilo de Ancianos y de los mineros silicosos siete novillos a los que cortó un total de once orejas y cuatro rabos. Tras actuar en catorce novilladas en los primeros meses de 1966, se despidió como novillero en Zaragoza el 15 de mayo, tomando la alternativa el inmediato día 19 en Valladolid, de manos de Jaime Ostos y en presencia de Juan García "Mondeño". El maestro de Écija le cedió la muerte del toro Feíllo, negro, número 9, de 448 kilos de peso y perteneciente a la vacada de Salustiano Galache. Cuatro orejas fue el resultado de aquel fructífero aterrizaje en el escalafón superior. Ese primer año como doctor en Tauromaquia sumó casi medio centenar de corridas, actuando de nuevo en solitario -esta vez el 12 de octubre en Cádiz- donde dio muerte a siete toros de Carlos Núñez, con el positivo balance de ocho orejas y dos rabos. En 1967 los percances marcaron su carrera: el primero el 8 de enero en Caracas (Venezuela), en la pierna izquierda; después en Castellón, el 9 de abril, en la ingle, revistiendo esta herida mucha gravedad; y el 9 de julio en Barcelona, cuando un toro le fracturó el húmero izquierdo. A pesar de todo, hubo tardes para el recuerdo como la del 15 de octubre en San Sebastián de los Reyes, a beneficio de su compañero Manuel Álvarez "El Bala", cuando actuó de nuevo como único espada, paseando ocho orejas, cuatro rabos y una pata. También fue castigado por los toros en 1968 -en Barcelona, Valencia, Málaga o la Valencia de Venezuela- y también actuó de nuevo como único espada con gran éxito -en esta ocasión, en Valladolid-, llegando uno de sus episodios más famosos al año siguiente, en 1969, cuando arrancó junto a Manuel Benítez "El Cordobés" la conocida como "campaña de los guerrilleros", un compromiso por el que ambos torearían siempre juntos ese año -al final, setenta y cinco actuaciones- para hacer frente al monopolio practicado entonces por los grandes empresarios. La mayoría de festejos se celebraron en plazas de segundo orden, sin que los resultados terminaran siempre de acompañar. La confirmación de alternativa, y a la vez su debut en Las Ventas, llegó el 19 de mayo de 1970. Ofició de padrino Curro Romero y de testigo Juan José, lidiándose toros de Antonio Pérez Angoso y Antonio Pérez de San Fernando. El de la ceremonia atendía por Presumido, del hierro de Pérez Angoso, número 87, de pelo negro listón, con 555 kilos de peso. Su primera oreja en la Monumental madrileña la obtuvo unos días después, en su actuación del 22 de mayo, de un ejemplar de Baltasar Ibán en presencia de El Viti y Manolo Martínez; y su primera salida a hombros acaeció el día 26 de mayo, cuando le cortó las orejas a Andrajoso, un toro de Juan Pedro Domecq, en un cartel que completaban Diego Puerta y Francisco Rivera "Paquirri". Ese mismo año, el de su definitiva consolidación en figura, salió a hombros por la Puerta del Príncipe de la Maestranza de Sevilla junto a Limeño y El Hencho en una miurada para el recuerdo. Otra de las proezas de su dilatada trayectoria profesional iba a quedar registrada para la historia el 22 de mayo de 1971, cuando toreaba en la madrileña Vistalegre dos corridas seguidas como único espada, en sesión doble: vespertina y nocturna. Cumplió triunfalmente la primera de las dos citas, pero la segunda hubo de ser suspendida al término del tercer toro a causa de la lluvia. No obstante, no conforme con ello, logró la hazaña días después en el mismo ruedo, cortando por la tarde seis orejas y dos rabos y, por la noche, seis orejas y un rabo de siete toros, pues incluso llegó a regalar el sobrero. Palomo arrancó por todo lo alto el año 1972, primero cortándole el rabo en la Monumental de México -donde había confirmado alternativa en octubre de 1968- al toro Tenorio, número 8, de 442 kilos, de Javier Garfias, al que mató de una estocada recibiendo el 30 de enero de 1972; y después paseando en la Monumental de Madrid la cola de Cigarrón, número 21, de 566 kilos, de Atanasio Fernández, el 22 de mayo de 1972, en plena Feria de San Isidro. Además, al primero de su lote de aquel apoteósico festejo le había cortado ya las dos orejas. Nadie había cortado un rabo en Las Ventas desde 1934. Y nunca nadie lo ha vuelto a cortar después. Siguió conociendo de primera mano la dureza de la profesión, sufriendo percances de diversa consideración en plazas como El Chofre de San Sebastián, Lima, la Plaza México, Barcelona, Murcia, Linares, Madrid, Málaga y, especialmente, en Zaragoza, donde en octubre de 1977 fue alcanzado en la axila, sufriendo fractura de tres costillas con afectación del pulmón. Tras varias idas y venidas durante los años ochenta, sorprendió anunciando un nuevo regreso a los ruedos en junio de 1993. Fue en su Linares natal, el 19 de junio, matando seis toros de distintas ganaderías a los que cortó otras tantas orejas. Sumó cerca de una veintena de actuaciones, ninguna en plaza de primera. Similares características tuvo su campaña del año siguiente, compareciendo, esta vez sí, en un escenario de máxima categoría: Las Ventas. Le dio la alternativa aquel día a El Madrileño, en presencia de Enrique Ponce. 1995 fue el último año en que vistió de luces, actuando en un total de catorce corridas, la última de ellas el 11 de agosto en Benidorm, en festejo nocturno junto a Manuel Díaz "El Cordobés" y Javier Conde en la lidia de toros de Los Recitales. Figura en España y América, torero de un valor a prueba de cornadas y lesiones, fundamentalmente dominador, pleno de casta, raza y pundonor, también de ambición, desparpajo y amor propio, Palomo, el eterno torero de los ternos bordados en plata, siguió vinculado al toreo como ganadero de bravo y mató el gusanillo actuando en varios festivales. Además, siguió de cerca la carrera de su primogénito, el también matador de toros Sebastián Palomo Linares, y desarrolló con éxito su afición por la pintura abstracta -"yo soy torero y pintor, esas son mis pasiones", solía decir-. Hizo también sus pinitos en el cine protagonizando la grabación del film autobiográfico "Nuevo en esta plaza", primero de los varios que contaron con Palomo como principal reclamo. Los otros fueron "Solos los dos", grabada una vez consagrado junto a Marisol; e "Historias de la Fiesta", de carácter documental. A lo largo de su vida taurina, Palomo Linares debutó en la tradicional Corrida Goyesca de Ronda (Málaga) en la décimo segunda edición compartiendo cartel con Antonio Ordóñez y Miguel Mateo "Miguelín" lidiando toros de Carlos Urquijo de Federico. Siempre le olvidaremos como uno de los baluartes del toreo y veremos en el recuerdo, sus inicios escalofriantes de faenas de rodillas, sus estocadas tan espectaculares y los triunfos cosechados.
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