Finito de Córdoba embruja con su toreo en Valencia
Hoy el maestro Finito de Córdoba tuvo una tarde de toros memorable en el cierre de la feria de Fallas de Valencia, donde tuvo una actuación digna de un artista. Finito tuvo en primer lugar un buen toro de Fuente Ymbro, que galopó en banderillas con notable son y tomó la muleta por abajo con calidad. Lo exprimió Finito hasta que se rajó. ¡Y cómo lo exprimió! La faena del cordobés tuvo categoría y toreo del caro. La profundidad al natural, muerta la muleta y el tiempo exacto para que la tomara el toro con humillación, de aquí hasta allá. Luego el encaje, el gusto y el regusto... y la despaciosidad, porque todo lo hizo despacio. Un cambio de mano fue superior. Una faena preciosa. Una gozada. Llenó la escena de torería El Fino. La espada fue su único lunar. Pero a esas alturas poco importaba. La faena al cuarto volvió a ser un gusto para los sentidos, desde la apertura, que fue de una belleza superior hasta los carísimos detalles que tuvo toda su actuación. Tuvo enfrente, también, el toro ideal. El de Fuente Ymbro embistió con nobleza, calidad y ritmo y Finito le cuajó muletazos preciosos, para el recuerdo. No hizo falta ni siquiera la ligazón porque la faena estuvo toda ella presidida de mucha personalidad, empaque y gusto. Hubo dos cambios de mano y una trincherilla entre las dos rayas monumentales. Tres carteles de toros. Justificó con sobrada torería su inclusión en el cartel. El segundo fue un toro bravo y encastado, con seriedad, carácter e importancia en su embestida. Lo marcó desde salida con su expresión. Lo quiso todo por abajo. Cuanto más le apretabas, más quería el toro. Román planteó la faena a pecho y corazón descubierto. Desde la apertura, con una arrucina sobrecogedora por el ajuste en los mismos medios y un cambiado por detrás donde el toro se lo llevó por delante. Muy fea la cogida. Un milagro que saliera ileso. Y un palizón. A partir de ahí, la faena fue un toma y daca de una emotividad sobresaliente. Si carácter tuvo el toro, igual o más demostró el valenciano. A cada embestida respondía Román, muleta por delante, con determinación, firmeza y la entrega más absoluta. Fue la explosividad hecha toro bravo, de los que desbordan a cualquier si no está como estuvo Román, que respondió con verdad, autenticidad y valor a raudales. No hubo tregua ni descanso... ni falta que hacía, porque la faena mantuvo la tensión de principio a fin. El manejo de los aceros no hizo justicia a lo hecho antes. Una pena. La faena mereció mejor final. Si Finito fue la torería, Román fue la entrega total. Ese fue el argumento principal de su faena al quinto, otro buen toro de Fuente Ymbro. Pero hubo más que la entrega. También la quietud, el valor, el ajuste y el compromiso. Se los pasa cerca el valenciano. Anduvo, además, centrado e inteligente, primero para llevar a su altura al toro y, más tarde, en el tramo final, para apretarle cuando lo requería. Muy decidido. Notable tarde la suya. Solo se le vio flaquear cuando agarró la espada y evidenció estar dolorido del brazo derecho por la cogida en su anterior. Apenas podía sostener el estoque. Tanto, que descabelló con la zurda. Ginés Marín abrevió con el tercero. El extremeño no estuvo a gusto. Ni se hizo el ánimo ni pareció querer hacérselo. Inédito. El sexto cerró la gran corrida de Fuente Ymbro. Fue otro toro con calidad, nobleza, fondo y prontitud y ante él Ginés Marín anduvo dispuesto en una labor de largo metraje y abundante. El extremeño mostró más firmeza y entusiasmo que en su anterior. Mató de una estocada, pero tardó en doblar el toro, perdiendo premio por el mal uso del descabello.
Valencia, martes 19 de marzo de 2019. Feria de Fallas. Toros de Fuente Ymbro. El segundo, de nombre Damasco, número 36, negro listón, de 500 kilos, nacido en 03/15, premiado con la vuelta al ruedo. Finito de Córdoba, ovación con saludos tras dos avisos y oreja; Román, ovación con saludos tras dos avisos y ovación con saludos tras dos avisos; Ginés Marín, silencio y ovación con saludos tras dos avisos y leve petición. Entrada: Media plaza. Se desmonteró en el segundo Iván García. Buen puyazo de Santiago Morales al quinto.
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