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Piden cuatro años de cárcel al profesor Vicente Belenguer Santos

Como ya conocen mis amigos aficionados, hace tres años, el 9 de julio del 2016, un toro corneó mortalmente al diestro segoviano Víctor Barrio en la plaza de Teruel. Al día siguiente, Vicente Belenguer supuestamente publicaba en su perfil de Facebook un mensaje en el que vertía, entre otras vejaciones contra el fallecido y su familia, que «hoy es un día alegre para la humanidad, bailaremos sobre tu tumba y nos mearemos en las coronas de flores que pongan, ¡c...!». Ayer jueves, 1.222 días después de aquella publicación, el profesor valenciano ha defendido su inocencia ante el juez titular del Juzgado número 1 de lo Penal de Segovia y a escasos centímetros de la viuda de Víctor Barrio, Raquel Sanz, y de los padres del malogrado torero, Esther y Joaquín. Los tres familiares han declarado como testigos en el juicio por un posible delito de odio que se ha celebrado a lo largo de la mañana en la diminuta sala de vistas número 3. Aunque ha sido difícil, han intentado no cruzar miradas con el acusado y mucho menos palabras, a pesar de esa tensa cercanía, que por momentos ha sido roce forzoso, violento e incómodo por las estrecheces de espacio. Belenguer ha ratificado ante el magistrado, Faustino Gudín, y a preguntas de la Fiscalía, de la acusación, de la defensa y de la representación legal de Facebook que «soy inocente». Su abogada anticipó antes del turno de las testificaciones que el acusado sufre «un daño psicológico» desde que todo estalló y desde que el comentario en su cuenta de Facebook se convirtió en «viral», como ha apuntado la viuda, periodista experta además en comunicación en redes sociales.  La fiscal Pilar Orleta ha sido la más incisiva en el cuestionario. Sus preguntas han hecho titubear al acusado, que ha tratado de no caer en contradicciones sobre el empleo que hacía de la red social en la que supuestamente difundió el comentario ofensivo contra el torero fallecido. Así, Belenguer se ha escudado en repetidas ocasiones en que le piratearon la cuenta, algo que, según ha declarado, ya venía de antes pero de lo que se dio cuenta cuando el caso de Víctor Barrio se desbordó mediáticamente hablando. «No colgué ese mensaje», ha hecho hincapié. «Alguien me ’hackeó’ la cuenta e inmediatamente lo denuncié a la Policía», ha repetido el profesor ante el magistrado. Al ser preguntado por la fiscal por una poesía escrita también en términos ofensivos y vejatorios en el mismo ’muro’ de la red social en 2014 y ’dedicada’ a otro torero, Juan José Padilla, y por otro mensaje de 2017 en cuya diana de la mofa colocó supuestamente a ’Flan’ Rivera, el acusado ha negado que fuera el autor de ambos y ha explicado que sendos mensajes «no tuvieron la repercusión» que el que le ha llevado a sentarse en el banquillo. «No me di cuenta de que habían publicado en mi cuenta porque ni siquiera los leí», ha afirmado en alusión a esos comentarios anteriores.  La defensa de Vicente Belenguer ha intentado reforzar la tesis del ’hackeo’ y en sus conclusiones ha apelado a la ausencia de pruebas. En concreto, «no hay una investigación policial ni se solicitó la autorización judicial» para haber podido registrar el ordenador del docente, quien asegura que lo puso a disposición de las autoridades. Asimismo, la letrada Ana Sumarro ha esgrimido que «hubiera sido fundamental haber identificado la IP», es decir, la dirección del aparato que se usó para hacer el comentario. Esta circunstancia hace -incide la abogada- que no haya quedado acreditado que Belenguer publicara las ofensas contra Barrio por las que es juzgado.  El acusado ha querido hacer buena esta defensa y ha mantenido que «no será tan difícil piratear cualquier cuenta» al poner el reciente ejemplo del ataque informático sufrido por una cadena radiofónica. En esta línea, Belenguer ha expuesto que, al ser profesor interino, ha podido usar «setenta u ochenta ordenadores diferentes» por lo que «es posible que viera Facebook» en muchas ocasiones en computadoras distintas. Para apuntalar la tesis de haber sido víctima de un ’hackeo’ desde al menos dos años antes de la muerte de Víctor Barrio, también ha dejado entrever que «durante un tiempo un vecino de su barrio le pidió la clave» del ’wifi’ para poder ver películas, aunque rechaza que esta persona pudiera haber accedido a su perfil de Facebook para verter los comentarios por los que ha sido acusado. Belenguer se ha presentado como una víctima ante el magistrado. Asegura que ya no es usuario de la red social después de todo lo que ha padecido. Al ser preguntado por las consecuencias que le ha acarreado lo sucedido, ha confesado que «ha sido una hecatombe en mi vida». «Esto ha sido como si cayera una bomba en mi casa, me han amenazado de muerte a mí, a mis familiares, a mis perros; caí en una depresión y desde entonces tomo medicación», ha añadido.  Ha insistido en el juicio en la persecución sufrida. «Se montaban manifestaciones en la puerta de mi casa con banderas nazis y gente con banderas preconstitucionales y me tuve que ir a casa de mis padres; pero alguien filtró mi dirección y mi teléfono en las redes; me perseguían, estaba completamente amenazado y no me atrevía a salir de casa». El profesor ha negado que perteneciera a ninguna asociación antitaurina. «Solo soy socio de Intermón», ha agregado. La acusación particular, por su parte, ha respaldado la actuación del Ministerio Público y en sus preguntas ha sacado a relucir el calvario de la familia. La viuda ha puesto de relieve que el mensaje publicado por Belenguer en su muro de Facebook «era público, por lo que cualquiera lo pudo ver y de hecho hubo capturas y medios que se hicieron eco». Sanz ha relatado el «dolor insoportable» del fallecimiento de su marido en la plaza «en el ejercicio de su profesión» de torero y que, igual que recibió mensajes de apoyo, también proliferaron «otros más negativos que nos hacían mucho daño». Esa pena se ha prolongado en el tiempo y no ha desaparecido, ha apostillado. «Es muy duro, pero cuando se ensañan se agrava». «Tres años y medio después, el dolor perdura teniendo que leer ese mensaje todos los días», ha concluido en su escueto testimonio ante el juez. Tanto ella como los padres han manifestado que «jamás» el acusado se ha puesto en contacto con ellos para pedirles perdón. Este jueves, en el juicio, tampoco. Lo que hizo Belenguer, según ha quedado plasmado en la vista oral, es publicar en el mismo perfil de Facebook un comentario en el que se disculpaba porque alguien hubiera usado la cuenta a su nombre para ofender al torero fallecido a su familia.  El letrado de la compañía en España de Mark Zukerberg ha rebatido al Ministerio Público al que recrimina que «supla» a la acusación civil en sus pretensiones de indemnización. Así, el abogado ha explicado que la sociedad Facebook España «no es propietaria de los servidores o de administrar los contenidos, sino que lo que hace es dar soporte de marketing o comercial a empresas» con objetivos publicitarios. A su vez, ha remitido a Facebook Ireland como «entidad concreta» a la que debe dirigirse la Fiscalía segoviana.  El juicio contra el profesor Vicente Belenguer ha quedado visto para sentencia. En sus calificaciones finales, la fiscal ha endurecido su petición de penas y solicita para el presunto autor de las vejaciones contra Víctor Barrio y su familia cuatro años de cárcel por un delito de odio más otros ocho de inhabilitación en labores de enseñanza, así como doce meses de multa de 10 euros diarios a la viuda, a la madre, el padre y a la Fundación Toro de Lidia. Además, el Ministerio Público solicita el pago de una indemnización total de 40.000 euros por daños morales (10.000 para cada parte de la acusación). La acusación particular ejercida por la Fundación Toro de Lidia, por su parte, se ha sumado a la argumentación de la fiscal y solicita una indemnización total de 30.000 euros, 10.000 para cada familiar y mantiene una petición de tres años de cárcel o la alternativa de dos, según el tipo de delito de incitación a odio que considere aplicar el magistrado en caso de fallo condenatorio. La defensa de Belenguer ha pedido la libre absolución.

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