Y finalmente ha sido dado de alta el subalterno manchego
Este viernes ha abandonado el centro sanitario de Zaragoza Mariano de la Viña, tras permanecer 40 días ingresado desde el 13 de octubre tras la espeluznante cogida muy grave que sufrió. El parte médico del banderillero de Enrique Ponce era aterrador, con esa «situación cataclísmica» a la que hacía referencia el parte médico del doctor Carlos Val-Carreres. Así rezaba al completo: «Cornada en el triángulo de Scarpa derecho con orificio de entrada de 12 centímetros y dos trayectorias, una ascendente de 27 centímetros que arranca la arteria femoral superficial y rompe en su porción distal la arteria iliaca interna. Rotura de los músculos sartorio y adductor mediano penetrando en espacio retroperitoneal. Otra cornada en región glútea izquierda con orificio de 8 centímetros y trayectoria hacia delante de 22 que penetra por la escotadura ciática alcanzando el espacio entre recto y vejiga tras arrancar la arteria iliaca interna en su origen. Traumatismo craneoencefálico pendiente de diagnóstico en la imagen. Entró en la enfermería en situación cataclísmica, inconsciente, con hemorragia de gran intensidad. Pronóstico muy grave». Mariano de la Viña sufrió la dramática cogida el 13 de octubre, en la última corrida de la Feria del Pilar. «Luchamos contra el tiempo», señaló entonces el doctor Carlos Val-Carreres al recordar cómo llegó a sus manos el subalterno. «La celeridad en el traslado fue primordial porque perdía muchísima sangre, sin pulso, con la tensión al límite de la vida y hubo que luchar contra el reloj», relató el cirujano. «No podíamos perder un segundo en cortar el traje, había que intentar estabilizarlo, ni de anestesiarlo. Así se intubó, y así se cogieron las primeras vías, con una tensión que apenas llegaba a cuatro». El percance sobrevino en el segundo toro del lote de Enrique Ponce, «Sigiloso», de Montalvo, de 544 kilos. Difícil será borrar aquella imagen: de una cornada casi mortal al milagro.
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