Rémi Coullomb relata lo sucedido con el torero Juan Leal

El pasado sábado, después de una faena heroica, se vivieron momentos de angustia de unos momentos verdaderamente dramáticos en la enfermería de Nimes. Eso fue lo que vivieron el diestro Juan Leal, sus allegados, y el equipo médico de la enfermería, el pasado sábado en el coliseo francés, según lo relata el doctor Remi Coullomb, médico anestesista de le enfermería de Nimes. Dos días después, ya pasado el desagradable trance, el torero galo se recupera tras salir este domingo del Hospital de la fractura de dos costillas y del desplazamiento de una tercera. El efecto que le provocó la ‘Lidocaina’, un medicamento, que le fue administrado como infiltración para poder salir a lidiar a su segundo toro tras la primera cogida en su primer turno, sumió al torero en un estado de shock y ansiedad que hizo temer lo peor a todos en unos sobrecogedores instantes que los que estuvieron presentes en la enfermería de Nimes nunca olvidarán. Rémi Coullomb,  nos cuenta los hechos. «En cuanto Juan Leal entró en la enfermería, tras la primera cogida, le apreciamos distintos impactos y rozaduras en todo el cuerpo quejándose de dolores intercostales agudos con fuerte hematoma. Optamos por realizar unas infiltraciones locales de ‘Lidocaína» para reducir el dolor y que el paciente pudiera salir para afrontar su segundo toro. Salió de la enfermería, por supuesto dolorido, pero en condiciones de realizar su labor. Muy pronto volvió a la enfermería en brazos de su cuadrilla en un estado y un cuadro complicado. Contralamos sus constantes vitales, ya que tenia dificultades para respirar. La pérdida de conciencia fue progresiva. Pero todos los parámetros hemodinámicos eran normales en todo momento», afirma el galeno, que continúa: «Fue una reacción rara y poco habitual a la Lidocaína que el cuerpo del torero no toleró. Es cierto que el estado emocional del paciente pudo influir, pero no ha sido determinante y sí lo fue la intolerancia del producto inyectado», concluye Remi Coullomb.