Recuerdos de tardes taurinas de Domingo López Chaves
Los amigos aficionados recuerdan grandes tardes y gestas para el recuerdo de la trayectoria profesional del salmantino Domingo López Chaves, como ya saben amigos aficionados ha anunciado que se retirará de los ruedos en el 2023. En Málaga, la primera vez que le vi torear fue en una nocturna en el año 2003 compartiendo cartel con Miguel Ángel Marchal y Sergio Aguilar, dejando una buena impresión. Antes en el año 98, justo un mes antes de doctorarse en Salamanca, actuaba como novillero el 15 de agosto, compartiendo cartel con David Vilariño y Víctor de la Serna lidiando un encierro de Toros de la Plata. Ya tardaría cuatro años después para volver a hacer el paseíllo, en la feria del 2007, dejando una gran impresión. El que estuvo importante toda la tarde fue el salmantino Domingo López Chaves, con una vergüenza torera innegable y unas ganas de ser figura del toreo que, si sigue por esta senda, conseguirá de aquí a no mucho tiempo. Sin embargo, el trofeo lo paseó en el que estuvo menos bien, en el que abrió plaza. Fue un remiendo de la Condesa de Sobral al que recibió con garra con el capote y de rodillas con la muleta. Cuando se puso de pie, el toreo que erróneamente se atisbaba vulgar cogió templanza en las tandas en redondo, y su punto culmen al pasárselo meritoriamente en dos ocasiones por la espalda cuando el astado portugués ya estaba rajado. Resultó prendido por dos veces al tirarse a ley a matar. Pero lo escalofriante estaba por llegar en el cuarto, uno de Nazario Ibáñez manso sin paliativos y que desarrolló gran peligro desde que salió de toriles. Todo hacía pensar que abreviaría, pero eso del pundonor hizo que sin pensárselo le plantara la muleta para ligar con enorme decisión. Enrazado el torero, le tragó al descastado burel en cada pase, jugandose literalmente la cornada en cada uno de ellos. Incluso tuvo la capacidad de templar series por ambos pitones, bajándole la mano y llevándoselo muy atrás. La verdad de la Fiesta puso al público en pie. Cierto es que no mató a la primera, que precisó un pinchazo antes de cazar una estocada corta, pero los tendidos se tiñeron de blanco. Lo vieron todos los presentes menos el tantas veces bondadoso presidente, y que en esta ocasión se quiso convertir en protagonista. No lo consiguió, los méritos son para un hombre que se jugó la vida a carta cabal y con el que La Malagueta hizo justicia al obligarle a dar dos vueltas al ruedo. En el 2006, viví con mi tío que en paz descanse una corrida de toros de la feria del Pilar de Zaragoza, televisada por TVE, donde el torero salmantino, ante un peligroso toro de José Cebada Gago, que le infirió una cornada de cuatro trayectorias en el muslo derecho. Se mantuvo en el ruedo con el muslo partido y aguantó hasta dar muerte al toro. En Madrid, dejó grandes momentos el torero salmantino. Y en mi colección de fotos de toreros, en mi cofre de tesoros, tengo su foto que pillé en Málaga en el 2007.
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