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Fernando Sánchez Dragó ha muerto a los 86 años de edad en Castilfrío de la Sierra (Soria)

Fernando Sánchez Dragó, aficionado a los toros, escritor y periodista, ha fallecido este lunes a los 86 años tras sufrir un infarto en su casa de Castilfrío de la Sierra (Soria). Autor de más de cuarenta libros, principalmente ensayos y novelas, era un colaborador habitual en la prensa y uno de los rostros más conocidos y activos de la literatura española. Fue aficionado a los toros y activista de la tauromaquia, ya que como hombre libre que se reconocía, no dudaba en defender la Fiesta ante los ataques de políticos y animalistas. Entre su producción literaria destaca algún título dedicado al toreo, como el que publicó en 1987, “Volapié. Toros y tauromagia”. Pronunció el pregón taurino de Sevilla en el año 2015 y en 2022, fruto de su activismo, recibió el Premio Personalidad Taurina por parte de la Asociación Taurina Parlamentaria. También pronunció los pregones de Roquetas de Mar y Alicante, entre otras ciudades. Como curiosidad, en septiembre de 2010, Fernando Sánchez Dragó hizo el paseíllo en la plaza de toros de Ronda. Ese año, el escritor madrileño, vestido con el tradicional traje goyesco, participó en el emblemático festejo como arenero, junto a otro ilustre escritor, Antonio García Barbeito. “Los toros, por encima de todo, son un sacramento. Y hay que ir como se va a una misa mayor. Como dice Albert Boadella, en una corrida en cinco minutos, se producen más obras de arte que las que hay en el Museo del Prado”, afirmó en una ocasión. En sus manifestaciones también tuvo palabras para los antitaurinos, a los que dijo que confunden “el toreo con el españolismo y éste con el franquismo. La relación entre los humanos y los toros comenzó hace miles de años y la tauromaquia la ha hecho el pueblo durante toda la historia de España”. Además, señaló que la tauromaquia es “el único espectáculo que es real y no simulado, ya que todo lo que pasa es irrepetible e inevitable”. Durante su discurso en el pregón taurino de Sevilla, dijo: “No hay, a mi juicio, suficientes palabras en el diccionario ni en todas las páginas escritas por todos los autores premiados con el Nobel para describir la belleza, la hondura, la emoción y la pedagogía, ética y estética de ese sacramento que es la corrida de toros”. Para Dragó, la tauromaquia era, entre las Bellas Artes, “la de mayor rango, puesto que en su órbita giran todas las demás: la pintura, la escultura, la literatura, la música, el teatro, la danza e incluso la arquitectura. Además de arte es también escuela de valentía. Algo que los españoles siempre han apreciado”. Su activismo taurino lo llevó hasta sus últimos días, puesto que hace apenas una semana -el pasado 3 de abril- escribió una última reflexión sobre los toros en la revista digital Posmodernia titulado “Reflexiones a vuelacapa sobre la tauromaquia”.

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