Fallece el ganadero Javier Pérez Tabernero Sánchez a los 93 años de edad
Ha fallecido el ganadero Javier Pérez Tabernero Sánchez a la edad de 93 años. De linaje. De don, cuando a los criadores de toros se les anteponía el don a su nombre, como reverencia y señal de distinción. Así lo hizo él desde niño en los campos del Villar de los Álamos, la finca que heredó de su padre y en la que llevó a gala con reconocido éxito su pasión por el toro bravo.
Javier, que en el momento de su óbito contaba con 93 años, era nieto de don Fernando -el primer Pérez-Tabernero ganadero- e hijo de otra leyenda del campo bravo, don Alipio Pérez-Tabernero Sanchón. Por esas razones de nacencia llevó a gala el peso de su linaje y hasta hace unos años criaba dos sangres en su finca del Villar de los Álamos, en pleno corazón del Campo Charro. La procedente de Atanasio Fernández y otra de origen Santa Coloma, tan vinculada históricamente a su familia. Hace ya un tiempo la primera acabó su historia para dar paso a otra de procedencia Domecq, tras adquirir vacas y sementales a Torrehandilla. La otra, la santacolomeña también dejó de pastar en los campos de El Villar, aunque para el recuerdo hayan quedado toros que propiciaron importantes éxitos. Por ejemplo, una de las veces que más brilló Morante de la Puebla en Madrid fue con un santacoloma de Javier Pérez-Tabernero; sin olvidar otros éxitos, algunos a cargo de un torero tan añorado como el difunto Julio Robles.
Don Javier Pérez-Tabernero era un apasionado de la cría del toro, fruto de su genes y de la pasión por la Tauromaquia. En su faceta como ganadero logró prestigio y en varias ferias de San Isidro conoce el dulce sabor del éxito, como también en otras de España y Francia. A su lado aprendió a disfrutar de ese oficio su nieto, Javier Clemares, quien desde niño se convierte en inseparable de su abuelo, hasta que un buen día, de hace años, cuando la salud de don Javier comenzó a resquebrajarse decide que Javier Clemares guiara los pasos y fuera el responsable de la ganadería.
Hoy con su muerte, una parte importante del campo bravo de Salamanca cierra el libro de sus existencia, mientas el luto de adueña en El Villar de los Álamos.
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