Ruedos con historia visita la plaza de toros de Valencia
El documental taurino Ruedos con historia, llega a su décimo cuarta entrega y este sábado 9 de abril, hará una visita a una plaza de toros preciosa y es la plaza de toros de Valencia, y los amigos aficionados tendrán la oportunidad de saber a través de la información que pondremos con estos datos que van a saber los aficionados sobre la historia del coso valenciano, tomad buena nota. El coso valenciano fue construida entre los años 1850 y 18601 en el solar de una plaza anterior que por problemas de presupuesto nunca llegó a terminarse. Es neoclásica, concretamente dórico sencillo, inspirada en la arquitectura civil romana, el anfiteatro Flavio (Coliseo),1 o el anfiteatro de Nimes (Francia). Fue construida por el arquitecto valenciano Sebastián Monleón Estellés. Su estructura la forma un polígono de 48 lados, con 384 arcos al exterior, realizados en ladrillo siguiendo el estilo neomudéjar. Situada a las afueras de la ciudad en el momento de su construcción junto a una de las más importantes puertas de la muralla, la de Ruzafa. Sebastián Monleón Estellés, la formaliza al exterior mediante cuatro galerías porticadas de ladrillo visto, de arcos escarzados en su planta baja y de medio punto en las tres galerías superiores, coronadas por una balaustrada de piedra, en una disposición clásica. Se trata de un inmueble de cuerpo poligonal de cuarenta y ocho lados, de 17,50 m. de altura y 52 m. de diámetro interior, de estructura portante y acabados de ladrillo visto. En la obra predomina el uso generalizado del ladrillo de esmerada factura y la madera, pero es de destacar la temprana utilización de columnas de hierro fundido que dotan de una funcional transparencia a la zona de los palcos. No cabe duda de que es una de las plazas más bellas de España, con sus 52 metros de diámetro en el ruedo -posteriormente reducido-, 108 metros de diámetro exterior y su capacidad para 16.851 espectadores sentados -también reducida a 12.884 localidades-. Con estas dimensiones la hacen una de las plazas más grandes de España. Fue inaugurada el 20 de junio de 1859 según refleja la prensa de la época.
Actualmente, y desde 1625, es propiedad del Hospital General, siendo administrada por la Diputación Provincial de Valencia y la empresa Simón Casas Productions. Durante el paso de los años, su gestión ha ido alternándose, habiendo sido gestionada tanto por empresa privada como por gestión directa por la propia Diputación de Valencia. Desde el año 1995 lo es por empresa privada. La Plaza de Toros de Valencia se encuentra situada en la calle Játiva, el distrito centro de la ciudad, junto a la Estación del Norte de Valencia y muy próxima a la Plaza del Ayuntamiento. La estación de metro más cercana es la de Játiva, con las líneas 3 y 5, y la futura línea 9. Desde 1085, se tiene constancia de las corridas taurinas en Valencia donde en esa época, siempre sin espacio fijo y a base de 'cadafals'. Las plazas de toros se montaban y desmontaban para cada ocasión. Uno de los lugares destinados para los festejos taurinos era la Plaza del Mercado, frente a la Lonja de Valencia, principalmente, aunque también se realizaban corridas de toros en la Plaza Tetuán, la plaza del Llano de Zaidia, la del Palacio del Real y la de la Ronda.
Todas las plazas eran eventuales y temporales para fechas concretas como las festividades de las Fallas, la Feria de Julio, las Navidades, momentos en los que se construían las plazas siguiendo la estructura de las edificaciones que conformaban la plaza, y los carpinteros construían las tarimas para el público asistente, burladeros, puertas de acceso, adaptándose a las peculiaridades de cada plaza. Estos festejos taurinos eran un boyante negocio que pasaba de mano en mano, ya que estos festejos gozaban de mucha popularidad, por lo que el Hospital de Valencia se interesó en el negocio. Para hacerse con los derechos de explotación de la plaza de toros, el Hospital de Valencia solicitó a S.M. Felipe III los derechos aludiendo que el beneficio obtenido en las corridas de toros, se podía emplear para los más necesitados, aceptando el Rey la propuesta, una vez terminaran los derechos otorgados que se encostraban en vigor. Pero realmente, no fue hasta el año 1739 cuando el Rey Felipe V, otorgó y por perpetuidad, al Hospital de Valencia, el derecho y explotación de las corridas de toros en estas plazas desmontables. Sucedió así hasta finales del siglo XVIII, cuando la afición era tal que las plazas desmontables no eran suficientes y nacía la ilusión de una plaza fija. Según Francesc Cabañés, director del museo taurino de Valencia, había además, problemas de orden público, pues la gente no estaba segura en los cadafals y estos se utilizaban para entrar en las casas a robar. Además, por añadidura, el sistema de montaje no permitía ruedos redondos y hacía más peligrosa la lidia. El impulsor de esa primera plaza fue el intendente Urdaniz, quien en 1798 encargó a los arquitectos Claudio Bailler y Manuel Blasco levantar una plaza fija, mitad mampostería, mitad madera, extramuros de la ciudad, junto a la puerta de Ruzafa. Aquella plaza tenía 74 metros de diámetro y una circunferencia exterior de 334 metros. Pero apenas duró unos años. Su ubicación junto a la muralla de la ciudad la convertía en un peligro para la seguridad de la misma y una facilidad para los combatientes franceses, así que en 1808, en plena ofensiva napoleónica, las autoridades decidieron derribarla. Como los primeros obreros abandonaron la obra de inmediato fue el pueblo quien la tiró al suelo con maromas y animales de tiro. Pasada la guerra, volvieron las corridas ambulantes y las plazas desmontables, hasta que en 1850, viendo el gobernador Melchor Ordóñez el deterioro de las instalaciones de la calle Quart, recuperó el proyecto de plaza fija y le encomendó el proyecto al arquitecto Sebastián Monleón Estellés. Era una plaza colosal, con 462 metros de diámetro, 86 de altitud y cabida para 20.000 almas. Pero tampoco fraguó; los siempre presentes problemas de seguridad para la ciudad, la falta de presupuesto y la epidemia de cólera de 1854 aconsejaron rebajar las pretensiones y hacer una plaza con 108 metros de circunferencia, albero de 52 metros, 17 metros de altura y cabida para 14.000 personas. La plaza definitiva, tal y como la conocemos hoy, se inauguró oficialmente el 22 de junio de 1859, con toros de Nazario Carriquiri y toros de la Viuda de Zalduendo, para el diestro Francisco Arjona "Cúchares". En 1861 se inaugura definitivamente con una corrida de Antonio Sánchez El Tato, dando por buena la inversión de tres millones de reales que había sido necesaria. En 1908, se instala el tendido eléctrico dentro de la plaza, con una potencia de 40 vatios, para poder presentar espectáculos taurinos nocturnos. Con la llegada la Guerra Civil, la plaza de toros se convierte en prisión y campo de concentración de prisioneros, fusilamientos incluidos. En aquellos años la gente atravesaba sus puertas para llevar comida a los presos o para recoger a sus muertos. Quedando la plaza nuevamente recuperada para los eventos taurinos el 20 de abril de 1939. Inicialmente, la plaza de toros, no contenía corrales, se fueron construyendo entre finales del siglo XIX y principios del XX. El 21 de septiembre de 1946, hubo que reconstruir una amplia zona de la cara norte destruida por un pavoroso incendio. Al parecer, el fuego de unos vagabundos destruyó "el espacio comprendido entre el graderío de los palcos y el forjado del primer piso, por encima de los tendidos 8 y 9", decían las crónicas de la época. Reiniciándose las obras de reparación en noviembre de ese mismo año, donde se reconstruyen balaustres, asientos de la gradería, columnas, cubierta de teja y el sistema eléctrico. El último lavado de cara se hizo en los años 60, en pleno esplendor de la lidia. El arquitecto Luis Albert firmó un proyecto que consistió en reducir el ruedo a los 51,40 metros para ganar barreras; cambiar los asientos de madera por cemento; ampliar los vomitorios y reformar los baños. Además, se retiró la valla que separaba la plaza de las calles Játiva y Alicante, liberando un espacio diáfano que realzaba la monumentalidad del edificio. Y también allí se construyeron las taquillas. En el año 1983, la Dirección General de Bellas Artes, declara a la Plaza de Toros de Valencia Monumento Histórico Artístico. A lo largo de la historia del coso valenciano, ha habido varias tragedias taurinas, la mas recordada, sucedió en el año 1996, el 27 de julio, cuando el banderillero Curro Valencia, cayó herido mortalmente en las astas del toro Ramillete de la ganadería de Giménez Indarte. Y también ha sido lugar de varias ceremonias de alternativa como las de Julio Aparicio, Miguel Báez "El Litri", Enrique Ponce, Francisco Tamarit Chover "Chaves", Vicente Ruiz "El Soro", José Antonio Canales Rivera, Vicente Barrera, Rafael Ponce Navarro, Manuel Herrero, Paco Camino, Curro Romero, Jesús Duque entre otros. A lo largo del año taurino, se celebra en Valencia cuatro ferias taurinas, Fallas en marzo, la Virgen de los Desamparados en mayo, San Jaime en el mes de julio y la feria de la comunidad valenciana en octubre. Esto y mucho mas, mañana sábado a la 13:30 de la tarde en Ruedos con historia, no se lo pierdan.
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