Thomas Cerqueira hace sus primeras declaraciones tras su gravísima cogida
El torero francés Thomas Cerqueira sigue recuperándose de la gravíisma cornada que sufrió el pasado 2 de julio en Mauguio (Francia), y dice que le debe la vida al doctor Negre. La cornada que recibió Cerqueira, la sufrió al realizar la suerte suprema le seccionó tanto la arteria como la vena femoral. ‘Tuve la suerte de que es especialista cardiovascular y supo apretar con sus manos para contener la sangre, porque me llegaba ya hasta la rodilla desde la ingle… El dolor era tremendo, pedí que me durmiera, porque, aunque llegó un punto en que la notaba como dormida, lo que más me intranquilizaba era el inmenso frío que sentía en la pierna’, comenta en estremecedor relato desde su cama del hospital Clínique du Parc de Castelnau-le-Lez el torero, que mañana, si no hay contratiempos, recibirá el alta hospitalaria.‘Me van a dejar ya salir, pero no voy a ir para casa, estamos preparando todo para ingresar durante un mes aproximadamente en una clínica especializada para reeducar de nuevo a la pierna, será trabajo intensivo, van a ayudar a que recupere fuerza y potencia, porque ahora mismo, el nervio elevador, el que la sostiene, no está muerto, pero está totalmente inválido… Hay que esperar primero a que se reduzca un poco la inflamación, sigue bastante hinchada, a ver si los flujos nerviosos son después mejores’, detalla el galo sobre la hoja de ruta que le espera en las próximas semanas. Un largo peregrinaje que recuerda al tortuoso camino que en su día ya emprendieron otros dos compañeros: David Mora y Manuel Escribano. ‘Si ya eran dos ejemplos en el ruedo, ahora también lo son porque se sobrepusieron a base de paciencia y confianza en uno mismo a sendos percances similares a este, tengo por delante idéntico trabajo y, Manuel, de hecho, desde el primer día, que me llamó, se puso a mi servicio, me advirtió de que me surgirán preguntas, dudas y que, para todo lo que necesitara, no dudara en consultarle’, comenta emocionado por un detalle ‘enorme‘. No ha sido el único. ‘También Juan Bautista y su padre se volcaron conmigo los primeros días, como Sebastián Castella, Antonio Ferrera… Hasta los ganaderos más importantes de mi país me han ofrecido sus vacas para cuando empiece con la rehabilitación activa delante de las becerras, me siento honrado con todas estas muestras de cariño de mis compañeros de profesión’, prosigue satisfecho. Sobre su estado, Cerqueira ahonda en que ‘la fiebre sigue estando apareciendo todas las noches’. ‘Las mañanas y las tardes son algo más agradables, pero por la noche los dolores son muy fuertes, el cuerpo se satura más a medida que pasan las horas, me empieza a subir la fiebre… no baja de los 38 y pico’, explica ‘mentalizado‘ de lo que viene por delante: ‘Aunque se asume, nunca se espera esta proporción de gravedad, pero ahora hay que encarar el futuro con calma: primero andar, luego correr y, por último, torear’. ‘No me han garantizado nada, por esos problemas en el nervio, pero en principio piensan que, con tiempo, mucho tiempo, no deben quedar secuelas’, reflexiona en voz alta al tiempo que revive esos dramáticos instantes: ‘En esos segundos no pensaba que la cornada era mortal, nunca lo tuve en la mente, pero desde luego sí que pensaba que podía tener consecuencias definitivas para la pierna y para poder realizar una vida normal’. ‘Sentí un golpe muy fuerte en la parte alta del muslo, pero lo que me alertó de la gravedad que tenía la cogida, más que el evidente dolor, era el enorme bulto que se armó pronto en la pierna, el pitón fue muy certero y al quitar la taleguilla… Todo el mundo comprendió que era muy serio, me metió el doctor las manos en el herida para detener el avance de la sangre y avisó para que se prepara el traslado, fueron veinte minutos en la enfermería, pero se me hicieron eternos, parecía que no llegaba nunca…’, concluye la sucesión de hechos con una tranquilidad que impresiona. Thomas Cerqueira ha vuelto a nacer.
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