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David de Miranda ha sido ingresado en un centro de rehabilitación

El torero onubense David de Miranda ha viajado este lunes desde Trigueros (Huelva) hasta Coslada (Madrid) para ingresar en un centro de rehabilitación, donde continuará con el duro proceso de recuperación iniciado a finales del pasado mes de agosto cuando un toro le provocó en Toro (Zamora) serias lesiones en dos vértebras cervicales -C1 y C2- y en otras dos dorsales, de las que fue intervenido quirúrgicamente para paliar, en la medida de lo posible, los daños medulares. Pasados tres meses y medio de aquella compleja operación, cuando los doctores que le atendían consideraron que podía desprenderse del collarín que portaba, el diestro comenzó a sentir calambres y falta de sensibilidad en determinadas zonas del cuerpo. El desconcierto lógico se agravó cuando los mismos médicos que llevaban su caso asociaron esas dolencias a una lesión ligamental que requería, según ellos, de una artrodesis de urgencia -"operación, hablando en plata, que consiste en limitar de por vida el movimiento del cuello", admite Buendía escalofriado-. "Eso no sólo le hubiera quitado del toro, sino que le hubiera limitado muchísimo su vida personal", añade el apoderado. Afortunadamente, tanto el torero como su mentor quisieron cotejar tan tremendo diagnóstico con otros médicos y la cautela de ambos ha dado sus frutos: "Nos aconsejaron que no demoráramos nada la operación, pero preferimos ponernos en manos de otros neurocirujanos antes -hasta tres diferentes- para tener segundos diagnósticos. Fueron dos semanas de consultas que se nos hicieron larguísimas, pero la opinión de los tres fue unánime: David no sólo no tiene lesión ligamental -por lo que existen salidas mucho menos traumáticas que la artrodesis sugerida- sino que se muestran bastante optimistas en torno a la idea de que pueda volver a torear", relata Buendía. "¿Qué hubiese pasado si en lugar de consultar a otros médicos hubiésemos seguido el consejo de los primeros y se hubiese realizado esa artrodesis?", cuestiona públicamente siendo conocedor de la respuesta: "No hubiese podido haber vuelta atrás". Sin embargo, a pesar de haber logrado frenar tan dramáticos planes, todos son conscientes de que la recuperación total aún tardará en llegar. "En Coslada van a hacerle una resonancia dinámica para descartar de modo definitivo esa supuesta lesión ligamental y allí mismo iniciará, cuanto antes, un nuevo proceso de rehabilitación junto a grandes fisioterapeutas", prosigue el apoderado. "Al parecer, lo que aún tiene fresco es el impacto medular, pero no debemos olvidar que fracturarse la C1 y la C2 es sinónimo, en la mayoría de los casos, de tetraplejia o muerte, y David, en cambio, puede andar. Ahora lo que ha surgido son las secuelas lógicas de aquel impacto, de modo que aunque estas navidades pudo quitarse el corsé que llevaba para la lesión de las vértebras dorsales, lo que aún no ha podido quitarse es el collarín que le protege de las lesiones cervicales". Con tanto vaivén emocional, el torero está "derrotado", admite Buendía. "El pobre está hecho polvo. En otoño pensábamos que podríamos tentar ya en enero y, sin embargo, está yendo todo mucho más despacio de lo que imaginábamos". Los médicos, además, no quieren aventurarse a fijar plazos: "No les gusta mojarse y es normal. Quieren ser cautos, pero nos han dicho que tengamos esperanza. No queremos perderla, pero lo cierto es que David está en cama desde hace cinco meses y no es fácil digerir tanta dureza".

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