Muere el torero Jaime Ostos Carmona a los 90 años de edad en Bogotá (Colombia)
El torero sevillano Jaime Ostos ha fallecido a primera hora de este sábado, 8 de enero, a los 90 años de edad en Bogotá (Colombia) como consecuencia de un infarto de miocardio. El diestro de Écija se encontraba en tierras colombianas pasando unos días junto a su mujer. Jaime Ostos Carmona nació en Écija (Sevilla) el 8 de abril de 1931. La primera vez que vistió de luces fue en su ciudad natal, el 1 de junio de 1952. Alternó en aquella primeriza ocasión con su paisano Bartolomé Jiménez Torres en la lidia de reses de Juan Belmonte. Debutó con picadores en Osuna (Sevilla) el 5 de abril de 1953, de nuevo junto a Jiménez Torres y Braulio Lausín completando la combinación, y tres meses después, el 5 de julio, debutó en la Maestranza de Sevilla cortando tres orejas. Tras cumplir el servicio militar en 1954 -año en que permaneció alejado de los ruedos- se presentó en Las Ventas el 23 de junio de 1955 con novillos de Villagodio y Miguel Montenegro y Joaquín Bernadó como compañeros de terna. El doctorado llegó en Zaragoza el 13 de octubre de 1956, cuando Litri, en presencia de Antonio Ordóñez, le cedió la muerte de Hojalatero, de Urquijo, del que paseó una oreja. No sería hasta el 17 de mayo de 1958 cuando confirmó aquella alternativa en Madrid, esta vez con Antonio Bienvenida y Gregorio Sánchez como compañeros de cartel y el toro Famosito, de Juan Cobaleda, como coprotagonista de la ceremonia. Aquella fue la tarde en que Bienvenida sufrió una grave cornada en el cuello. Precisamente Ostos sufrió catorce cornadas importantes en su carrera -en plazas como Pamplona, Bilbao, Zaragoza, Sevilla, Salamanca, Toledo…- pero ninguna le tuvo tan al borde de la muerte como la que le dio en Tarazona de Aragón, el 17 de julio de 1963, el toro Nevado, de Ramos Matías, en el muslo derecho. Se precisaron varios litros de sangre para paliar la tremenda hemorragia derivada de la rotura de la vena iliaca que le causó el toro. El doctor Val-Carreres -padre del cirujano actual de Zaragoza- fue quien le salvó la vida. Tras un largo y costoso proceso de recuperación, Ostos volvió a los ruedos y confirmó alternativa en la Monumental de México el 19 de diciembre de 1965, con Manuel Capetillo y Manuel Espinosa -que también confirmó su doctorado aquel día- como compañeros de cartel. El animal de la confirmación de Ostos, de nombre Perla Negra, lució el hierro de Santacilia. Miembro de una hornada de toreros para la historia -Puerta, Camino, El Viti, Romero, El Cordobés…-, su mejor temporada fue la de 1962, cuando lideró, con 79 actuaciones, el escalafón junto a Puerta. Aquel año cortó cuatro orejas en la Feria de Abril de Sevilla y otras cuatro en la Feria de San Isidro de Madrid, de la que se erigió en máximo triunfador. Su tremendo valor y el excelente uso de la espada -está considerado como uno de los grandes estoqueadores de la historia- le valió el apelativo de Jaime “Corazón de León”. Su hombría en los ruedos, ante los toros, fue siempre admirada por profesionales y aficionados. A finales de los años sesenta empezó a declinar su carrera. Se retiró de los ruedos en 1974, regresó a ellos en 1977 y toreó durante tres temporadas más. A pesar de algunas incursiones toreras posteriores, la corrida celebrada el 12 de octubre de 1980 en Écija, donde todo había empezado, está considerada como su última actuación oficial.
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