Sin trofeos en la corrida de la feria de Sevilla
Hoy la decepción ha sido el detonante de la corrida de esta tarde en Sevilla. Abrió corrida el arnedano Urdiales con un toro muy alto y muy largo, pero suelto de carnes. Acodado de cuerna, pero con la punta de los pitones mirando hacia arriba. No fue precisamente un toro con armonía este primero, que pasó sin más en el capote de Diego Urdiales, saliendo abanto de los lances y marcando su querencia a tabla. Tediosa fue la lidia hasta colocar el astado en el capote por esa condición. Se dejó pegar en ambos encuentros. Tras brindar la faena a Emilio de Justo, comenzó el riojano su faena por abajo, pero echando la embestida siempre hacia adelante con torería hasta la segunda raya. En las dos primeras series sobre la diestra, el astado embistió sin entrega y sobre las manos, sin salirse de los muletazos, soltando la cara. Cuando se echó la muleta en la mano izquierda, el toro buscó ya los terrenos de chiqueros, tragándose los muletazos hacia ese terreno y viniendo cruzado y por dentro al contrario de la querencia. Acusó ese movimiento de inercias Urdiales para dejar verdaderas ‘perlas’ al natural en los viajes hacia adentro, con los pies juntos, el mentón hundido en el pecho, recogiendo la embestida detrás de la cadera. No se pudo hacer más. Dejó una estocada tendida y atravesada en el primer intento. En su segundo, que fue bajo de cruz, mucha cuesta arriba, y suelto de carnes, fue el cuarto, que salió sin celo y metiéndose por dentro en el capote de Diego Urdiales, que supo captar pronto la distancia necesaria perdiendo varios pases entre los lances, entre los que destacaron las verónicas por el pitón derecho. Por el mismo palo fue el quite, con menos inercia del toro, enganchando y llevando siempre muy toreada y muy templada la embestida. Un gran quite a la verónica. No recibió mucho castigo el astado en el caballo, antes del templado quite también a la verónica de Cayetano. Tuvo este toro una embestida recta, con el pitón de fuera, que le costaba salirse de los vuelos, sobre todo, en la línea curva. Urdiales cuajó una faena precisa en tiempo y, sobre todo, en colocación. Perdiendo pasos entre los muletazos, intentando siempre parar la embestida, pues, sino, se metía por dentro. No se entregó nunca el astado en una faena maciza, en la que destacaron los trazos al natural, echando el pecho, llevando muy cosida y enganchada la embestida. Poco a poco fue estructurando una faena muy seria, de enorme mérito que fue rubricada con una gran estocada. El segundo espada fue Cayetano Rivera, donde el segundo de la tarde fue bajo y con cuello el segundo, cuajado, enseñando las puntas hacia adelante. Con brío salió el astado salmantino en el capote de Cayetano, que galleó por chicuelinas para llevar al toro al caballo, donde se dejó pegar. Se arrancó con galope a los cites de los banderilleros. Con más templanza comenzó Cayetano por arriba, llevando al toro, destacando un cambio de mano por abajo. Tuvo calidad el astado y mucho ritmo, necesario para encauzar con templanza unas embestidas con tantas cualidades. Lo cogió por momentos el diestro en muletazos sueltos, sobre todo, al natural. Estuvo blando de manos el astado que condicionó las tandas a partir del tercer muletazo. Remató la faena con naturales a pies juntos y un cierre por bajo. Dejó una estocada entrando muy recto, con efecto fulminante. Hubo petición de oreja aunque no terminó de cuajar. Ovación. En su segundo, el quinto, tenía hechuras de edad, largo de viga, muy alto, enseñando las palas. Con hechuras propias del encastes Atanasio, que se movió sobre las manos durante toda la lidia. Además, manseó en el caballo, sin querer pelea, repuchándose y embistiendo en los capotes más para quitárselos. Mejoró el toro en las primeras tandas por el lado derecho, aunque siempre marcando la querencia. Destacó la tercera serie de Cayetano apretando el toro por abajo. Le pudo al toro que, finalmente, se fue a tablas tras estar rajado desde el inicio del festejo. Lo intentó Cayetano que terminó su faena en el terreno de las tablas. Dejó una estocada de defectuosa colocación. Ureña, fue el que cerraba cartel, tuvo un tercer toro, con mucho esqueleto, largo como una viga, cuesta arriba, suelto de carnes, serio, pero sin la armonía para una cita sevillana. Se metió por dentro en el recibo a la verónica de Paco Ureña en el tercio, que tuvo que rematar con una media obligada pues le comió terreno hacia adentro. Poco castigo recibió en el caballo el toro que se arrancó fuerte a los cites y acortó en el momento de la reunión de los pares a los banderilleros. Brindó Paco Ureña su faena a Emilio de Justo a un toro manso que embistió a oleadas, descompuesto, por dentro, con genio. Aguantó el murciano tarascadas, parones y oleadas, en una faena de exponer mucho, de mucho mérito, queriendo siempre llevar por abajo la embestida del astado. Poniéndose en el filo de la navaja en cada cite por colocación y riesgo. A medida que se fue trascurriendo la faena, el toro hizo más ostentación de su mansedumbre, metiendo la cabeza entre las manos, escarbando, tragándose algún natural suelto hacia la querencia. Precisamente, en esa huida, Ureña fue fuertemente volteado, en principio, sin consecuencia. Muy de verdad volvió de nuevo el murciano a la cara del toro, nuevamente, al natural, echando la pata hacia adelante. Sonó un aviso antes de entrar a matar. Dejó una gran estocada por la condición del toro, que le esperó abajo y dio un gañafón. Feo de hechuras, con hechuras de edad, largo de viga, muy alto, enseñando las palas. Con hechuras propias del encastes Atanasio, que se movió sobre las manos durante toda la lidia. Además, manseó en el caballo, sin querer pelea, repuchándose y embistiendo en los capotes más para quitárselos. Mejoró el toro en las primeras tandas por el lado derecho, aunque siempre marcando la querencia. Destacó la tercera serie de Cayetano apretando el toro por abajo. Le pudo al toro que, finalmente, se fue a tablas tras estar rajado desde el inicio del festejo. Lo intentó Cayetano que terminó su faena en el terreno de las tablas. Dejó una estocada de defectuosa colocación.
Sevilla. Jueves 5 de mayo de 2022. Feria de Abril. Toros de los Hermanos García Jiménez. Diego Urdiales, silencio y ovación con saludos, Cayetano, ovación con saludos tras petición de oreja y silencio, Paco Ureña, ovación con saludos tras dos avisos y ovación con saludos tras fuerte petición de oreja tras aviso. Entrada: Algo más de media plaza.
Festejo para mañana en Sevilla, décima de feria: Toros de Joaquín Núñez del Cuvillo para Morante de la Puebla, Juan Ortega y Andrés Roca Rey.
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