Julián Garibay espera recibir el alta hospitalaria
El pasado 25 de septiembre el torero mexicano Ignacio Garibay, recibió una de las cornadas más graves de la temporada. Un ‘tabacazo’ de 80 centímetros que cosió su cuerpo en cuatro extensas trayectorias que hizo contener el aliento a Moralzarzal y al toreo entero. Pero al novillero mexicano Julián Garibay no sólo no se le ha borrado la sonrisa, sino que no pierde la ocasión de bromear jocosamente aunque él mismo sea objeto de su propio e irónico blanco. Por eso afirma que en el quirófano ‘desconocía la gravedad de la cornada’. Nueve días después del gravísimo percance, comienza la rehabilitación en el Hospital a la espera de recibir el alta este jueves. Entretanto, atiende para hablar del que fue su bautismo de sangre en su incipiente carrera como novillero. ‘Médicamente ya estoy bastante bien, ya estoy caminando desde hace días y ya puedo hacer un poco más las cosas por mi cuenta’, dice el joven espada, que continúa: ‘Me dijeron que el jueves me quitarán la mitad de los puntos y si todo va bien, mañana jueves me darán el alta hospitalaria. Voy solo sin ayuda de muletas desde el principio. Ayer empecé los ejercicios de rehabilitación para fortalecer los músculos y me encuentro bastante bien, ya caminando. Ahora hay que ver cómo va la pierna respondiendo y a partir de ahí se verá cómo se va haciendo de cara al futuro’, manifiesta el novillero. Garibay rememora los momentos de la seria operación y recuerda que después de ser intervenido en el quirófano de la enfermería de Moralzarzal, su fiel amigo Isaac Fonseca le habló: ‘Pues tu bautizo de sangre, Julián…’. Tomándose en serio el percance Garibay hasta bromea sobre ello con el buen humor que le caracteriza: ‘Es mi primera cornada porque ya tuve una cornada cerrada, pero de sangre sí lo ha sido. Bueno…, puedo decir que me tomé en serio eso que dicen de: ‘Cuando vas a hacer algo por primera vez hazlo en grande, no?,’ comenta en tono jocoso. Dice que no fue consciente de la magnitud del cornalón en la enfermería, donde fue intervenido con anestesia epidural, lo que le hizo estar consciente durante toda la operación: ‘Recuerdo muchas cosas. Lo que traté es de mantener una actitud buena, de platicar con los doctores, de contar algunos chistes incluso, recuerdo que cuando estaba ya sedado estaba despierto, no del todo consciente pero seguía despierto yo trataba de tomarlo lo mejor posible. Yo solo me vi la cornada un poco por encima en el quirófano y al llegar al Hospital de Villalba ahí vi que era otra totalmente. Yo no sabía la gravedad, hasta que justamente leí su encabezado ahí en Mundotoro y la verdad que me impactó. Porque yo pensaba que era una cornada chica, y por eso yo bromeaba y decía: al final no llevo mucho, y ya cuando desperté y vi la noticia pues sentí que era preocupante o impactante más que nada’. Pero a pesar de su sentido del humor, Garibay sabe que tuvo mucha suerte y da gracias al equipo médico: ‘El pitón pasó rozando lugares muy importantes y tuve la suerte gracias a Dios y también a los médicos que estuvieron allí, al Doctor Crespo que hicieron un grandioso trabajo que no haya pasado a más’. Quiso Garibay ver el vídeo de su dramática cogida, para enmendar posibles errores en el futuro: ‘Si que vi las imágenes del vídeo. Yo ya era consciente de que el novillo me podía pegar una cornada en la muleta y ya estaba asimilando un poco la cosa. Pero lo cierto es que fue un poco de sorpresa cuando me pegó la cornada con el capote porque no es algo tan común por así decirlo, de verse, pero yo dentro de lo que cabe, tenía asimilado que podía pegarme una cornada. Y desde que estuve consciente en el Hospital vi las imágenes de la cogida para aprender de los errores, porque a fin de cuentas fue error mío y la verdad que fue impactante, porque la voltereta es fuerte y sobre todo el recorrido que hace el novillo, sí impacta mucho pero lo he visto para analizar mis errores y corregirlo la próxima vez que esté en el ruedo’. Recordemos que sufrió una herida por asta de toro en el Triángulo de Scarpa izquierdo con cuatro trayectorias; una hacia arriba y adentro, por encima del ligamento inguinal, de unos 20 centímetros que desgarra el músculo oblicuo mayor del abdomen, sin aparente lesión intraperitoneal; otra hacia arriba y afuera de unos 15 centímetros que llega a la espina ilíaca antero-superior; otra hacia afuera de unos 20 cm. que transversalmente alcanza la cara externa del muslo, lesionando el músculo vasto externo y el tensor de la fascia lata; otro hacia abajo y adentro de unos 25 centímetros que secciona el músculo sartorio y desgarra el músculo crural. Hemorragia venosa por arrancamiento de múltiples colaterales musculares y contusión torácica’. Calificada de pronóstico muy grave.
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