Siguen las noticias del estado de salud del banderillero Cándido Ruiz
Los médicos del Hospital de San Sebastián ha descartado volver a intervenir hoy al banderillero Cándido Ruiz, herido de gravedad ayer en Azpeitia, tras presentar a primera hora de esta mañana de un fuerte dolor en el vientre y un cuadro de fiebre a consecuencia del cornalón de hasta 50 centímetros de extensión, desde la ingle hacia la axila, afortunadamente superficial, y otro más preocupante de 20 cm. en el abdomen que le infirió el primer toro de Murteira Grave al colocar el primer par de banderillas en ‘La Bombonera’. El subalterno de David de Miranda, volvía a poner en alerta esta mañana a los doctores que le atienden en Donosti, que ayer descartaron en un TAC cualquier afectación de órganos vitales, y que hoy valoraban volver a intervenirle, algo que finalmente ha sido descartado, según ha declarado José Luis Pereda, apoderado del diestro onubense. ‘Lo acaban de valorar varios médicos y al final no lo van a operar esta mañana. El motivo era porque ha pasado la noche con un poquito de fiebre y le duele mucho el abdomen por la cornada del vientre, por eso barajaban volver a operarle’. Tras controlar el cuadro de febrícula, Cándido Ruiz ha comenzado esta mañana a ingerir sólidos, tal y como explica Pereda. Le han controlado la fiebre, le acaban de dar alimentación, y de momento ha tolerado el alimento y sigue esperando la evolución’. ‘Ahora hay que esperar a ver si tolera la alimentación’, -continúa Pereda, que añade-: ‘Por lo visto acaba de comer ahora mismo. Y ha tolerado hasta ahora los alimentos bien’. Noticias cautelosas pero esperanzadoras, sobre todo después de que el toreo entero contuviera el aliento por un sobrecogedor percance que sin duda, puede calificarse de auténtico milagro. Así lo describe el mentor de David de Miranda, a cuyas órdenes actuaba Cándido Ruiz ayer en Azpeitia: ‘Ha sido un milagro, y gordo. La cornada de 50 cm del vientre hasta la axila es superficial, no ha entrado para dentro. Pero la otra del abdomen, que es más chica, quizá le duela incluso más que la que de mayor extensión. Esa cornada del vientre le parte la musculatura pero no le llega a tocar ningún órgano vital, afortunadamente’. José Luis Pereda insiste en que ‘fue David de Miranda quien más sufrió’ los interminables momentos de incertidumbre sin saber el alcance de las cornadas, además de la cuadrilla entera tras el escalofriante percance: ‘Todos en esos momentos estábamos pensando cómo está, qué tiene o qué no tiene, o qué pasa con ese hombre. La verdad es que a David le afectó mucho la corrida entera el tener ese pensamiento continuo de su compañero y hombre de confianza en la enfermería Fue un susto tremendo, imagínate, no?’. ‘Viendo la cogida en vídeo ves que es espeluznante, cómo se lo pasa de un pitón a otro. En ese momento la cuadrilla entera nos quedamos un poco desubicados, y el torero fue el que más sufrió el no saber qué hacer en ese momento, el ver que uno de sus hombres de confianza se va para adentro con ese toro y quieras o no, a tantos kilómetros de casa, ver cómo uno de sus hombres de confianza poniendo el primer par de banderillas se lo llevan para dentro, sin saber nada… Pues imagínate… ‘, relata sobrecogido Pereda, que describe también los instantes de incógnita y eterna espera mientras Cándido Ruiz era atendido en la UVI móvil: ‘Tampoco nos decían gran cosa. Fuimos allí para intentar saber, es verdad que el sistema médico de la plaza de toros pues ustedes saben, es una UVI móvil y es complicado poder saber en esos momentos la importancia de lo que lleva y hasta que no llega al Hospital y más o menos lo notas controlado, pues son momentos que pasa una corrida entera con la mente pensando en su hombre de confianza y la mente no está 100% donde tiene que estar’, afirma Pereda. Cautela. Por el momento hay que esperar la evolución de Cándido Ruiz, que como ya informó Mundotoro, ayer sufrió, según palabras del cirujano de Azpeitia, ‘dos heridas por asta de toro a la altura de la ingle, en la parte media del abdomen. A simple vista, con una cornada que llega de la parte derecha del abdomen hasta la axila, con la posibilidad de verse afectadas alguna costillas. Dos heridas por hasta de toro que podrán llegar a 20 y 50 centímetros’. Un milagro, se mire por donde se mire.
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