Blogia
pcctoros

Aguilar y Gerardo Adame sendas orejas en Aguascalientes (México)

Ayer cuatro toreros mexicanos hicieron el paseíllo en el sexto festejo de la feria de Aguascalientes (México). Uno de los toros, fue el mejor toro de cuantos han aparecido por la puerta de toriles en los últimos días. Se llamó "Fortunato", negro bragado, número 84, con 480 kilos, y perteneciente a la ganadería de Corlomé, el de menor trapío de los cuatro que mandaron los señores Lomelí, para un encuentro ganadero -lo de "desafío" aquí no tenía cabida- con otros cuatro de La Punta, de encaste Domecq y, paradójicamente, los cuatro primeros de Corlomé, tenían un fenotipo con más reminiscencias punteñas que los otros cuatro que completaron el encierro. Una vez más, la divisa de Corlomé demostró que se ha ganado un puesto en esta feria, y así como "Coloso", número 66, negro, al que Gerardo Adame hizo una vibrante faena el año anterior, ahora tocó turno a este "Fortunato" que se topó con un joven ambicioso que le plantó cara para cuajarlo a placer, y a pesar del viento. Porque Miguel Aguilar fue desentrañando la embestida del toro desde el campo y acabó fundiéndose con "Fortunato" en trazos largos, sentidos, toreros y templados, que cautivaron al escaso público que había en la plaza. Aquellas profundas embestidas, ya fueran conducidas en línea recta o curva, según el sentimiento de Aguilar, encontraron su cauce en la tela roja manejada con sensibilidad y pulso, en medio de la algarabía de un público que aquilató, en toda su medida, esta obra que ya quedó inscrita como otra de las grandes faenas de este ciclo, conjuntamente con la que Joselito Adame le hizo a "Cavaleiro" -de Teófilo Gómez-, la de Angelino de Arriaga a "Sinaloense" -de El Junco- o la de Sebastián Castella a "Coquetón" -de José Barba-, toros con distintos matices de bravura, siendo éstos tres últimos los de más acusadas prestaciones para el toreo de arte. Y así lo fue llevando, embebido en los vuelos del engaño, abriendo el compás, acompañando con el pecho y la cintura en muletazos de magnífico acabado, antes de que comenzaran a ondear algunos pañuelos en demanda de indulto del gran "Fortunato". Pero Miguel no se dio coba; es más, ni siquiera dio importancia a ello ni buscó evitar el pinchazo que terminó por amargarle un remate de faena que terminó al segundo viaje y le arrebató la posibilidad de cortar una segunda oreja que hubiese sido el premio más adecuado a tan relevante faena. A diferencia del excelente juego que dio este toro, el colorado de La Punta que se lidió en sexto séptimo lugar, no ofreció posibilidades de redondear la tarde. Sin embargo, Miguel ya había dejado la impronta de torero ambicioso que viene pisando fuerte y pide a gritos que se le abran más puertas. El lote más completo fue el de Alejandro Adame, compuesto por un primer toro -el de trapío más armonioso de los de Corlomé- y otro de La Punta largo y hondo, además de serio, lidiado en octavo lugar. Y con los dos rayó a muy buen nivel, en sendas faenas diferentes y toreras. El toreo de capote del menor de la dinastía Adame es terso y tiene soltura, sabe abrir los brazos con compás y torea despacio, así que eso ya, de entrada, convierte a Alejandro en un torero muy atractivo en el primer tercio. Y así lo hizo saber al torear al cuarto, un toro de Corlomé que mantuvo una bravura codiciosa hasta el final de su lidia. La faena fue sólida y estructurada, y también se vio obligado a sortear los embates del viento, a la par que disfrutaba de la entrega de un público que, en determinados pasajes de la faena, lo estuvo midiendo, pues ésta era apenas su tercera corrida como matador y su presentación en Aguascalientes en el escalafón mayor. Otra vez la espada le quitó la oreja que había ganado, y espoleado por la raza que los demás toreros del cartel habían desplegado, Adame salió mentalizado a triunfar con el octavo, este toro de La Punta al que hizo una faena inteligente, centrada y torear, que tuvo el enorme mérito de ir de menos a más hasta acabar sometiendo al toro y convenciendo al público. Y ahora sí le tumbó una oreja que debió dejarle un grato sabor de boca porque es un triunfo del que pueden venir mayores oportunidades, y seguir en el selecto grupo de la "Cosecha del 22", que tanta ilusión ha despertado entre los aficionados viejos y nuevos. José María Pastor estuvo variadísimo con el capote y dejó constancia de que busca ser un torero largo que sabe interesar en los tres tercios de la lidia. Hoy le regaló a la gente un quite por fregolinas, otro por caleserinas y también llevó un toro al caballo por tapatías, feliz repertorio antes un lote sin fondo que no le dejó expresar todos sus avances, no obstante que también se afanó en agradar con banderillas y muleta. Y a diferencia de ese toreo luminoso desplegado por Pastor, José María Hermosillo se vio obligado a sacar la casta en dos faenas valientes, recias, de zapatillas firmes en la arena, delante de los dos toros más complicados de la tarde, sobre todo el séptimo, de La Punta, con el que se jugó la voltereta con gallardamente y acabó dejándose la piel en el ruedo, en una actuación muy seria que no tuvo el colofón de la espada para haber salido de otra manera de la plaza. Los toreros jóvenes siguen dando la cara y eso refleja su desesperación por colocarse en un panorama sumamente competido, donde es preciso subirse al carro a codazos, si hace falta. En este tenor, a ver qué dice mañana Héctor Gutiérrez, que tiene la responsabilidad de mantener el nivel que ha enseñado en otras plazas, y ahí tiene el día clave de la feria de su tierra para ponerle nombre a la tarde.

Aguascalientes, Ags.- Plaza Monumental. Sexta corrida de feria, a beneficio de la Academia Taurina Municipal de Aguascalientes Alfonso Ramirez "El Calesero". Menos de un cuarto de entrada, en tarde soleada y calurosa, con intermitentes ráfagas de viento. Cuatro toros de Corlomé (1o. 2o., 3o. y 4o.), bien presentados, en tipo, de juego variado, de los que destacó el 3o. por su bravura y gran clase, premiado con vuelta al ruedo, y el 4o., que fue bravo y lo premiaron con arrastre lento. Y cuatro de La Punta (5o., 6o., 7o. y 8o.), de encaste Domecq, de buena presencia y poco juego en general, con excepción del 8o. que fue manejable. Pesos: 532, 538, 480, 484, 481, 472, 510 y 506 kilos. José María Pastor (blanco y oro): Palmas tras aviso y silencio. José María Hermosillo (azul marino y oro): Palmas tras aviso y ovación. Miguel Aguilar (negro y oro): Oreja y palmas. Alejandro Adame (blanco y oro): Ovación y oreja. Incidencias: Sobresalió en la brega Alejandro Prado, que lidió con temple al 3o. La corrida tuvo una duración de 3 horas 45 minutos.

0 comentarios